Ángel Vásquez, médico de la Unidad de Quemados del HCAM, chequea a Luis Beltrán. A él le colocaron un injerto temporal de cerdo. Valeria Heredia/ EL COMERCIO
Es una tela fina, que no supera los dos milímetros de grosor; tiene perforaciones y se amolda al cuerpo de cualquier persona. Se trata de piel de cerdo, que ayuda a pacientes con quemaduras, heridas y úlceras. Desde el 2016, en el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), del Seguro Social, se coloca este tejido.
La piel de cerdo es utilizada como un injerto temporal, que actúa de forma similar a una cobija. Su objetivo es proteger las heridas de infecciones. “Evita que el paciente pierda líquidos y sangre. Además, ayuda a controlar el dolor”, explica el médico Ángel Rodrigo Vásquez. Él pertenece a la Unidad de Quemados y Reparación de esta casa de salud de especialidades de Quito.
A la piel de este animal -señala- se la denomina ‘dermis porcina’ o xenoinjerto –órgano o tejido de una especie diferente-. Entre sus beneficios están ampliar el espacio para las curaciones de un paciente con quemaduras intermedias y profundas. Es decir, antes las curaciones debían hacerse cada 48 horas (dos días), lo que implicaba que se ocupe más espacio en quirófano. Adicionalmente, no se podía controlar bien el sangrado.
Con esta dermis, la persona puede permanecer una semana sin ingresar a quirófano. Esto ayuda a que la herida se cicatrice más rápido.
¿Cómo es la colocación? La lámina de dermis procesada y estéril, con todos los estudios para que sean usados en humanos, se adhiere sobre la piel afectada. En algunas zonas se puede colocar puntos para una mejor fijación. “No hemos registrado reacciones adversas producto de su colocación”.
Esta cobertura temporal no se queda “pegada” en la piel de la persona; solo ayuda a la curación o cicatrización y luego es retirada. “Hay una evolución más rápida de la persona, porque se disminuye el tiempo de estancia”.
En esta unidad, que cuenta con 10 camas, también se usa la matriz sintética o dermis procesada. Esta provee un mayor soporte a aquellas zonas en las que se ha perdido piel. Funciona como un colchón para fijar el injerto definitivo.
El xenoinjerto también se coloca en pacientes con heridas cruentas o úlceras. Luis Beltrán es un docente jubilado, de 65 años, que ingresó el pasado 12 de agosto del 2019 a esta casa de salud por una herida fuerte en su pierna.
A él le colocaron la ‘dermis porcina’ para evitar problemas mayores en su salud. Funcionó perfectamente, reconoce el hombre. “Llevo varios días pero la recuperación es positiva”.
Ecuador no es el único lugar, en el que se utiliza la piel de cerdo. En Estados Unidos, una empresa de biotecnología recibió la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), para realizar el primer trasplante de piel de cerdo a humanos de la historia. Este hecho se registró en el 2018.