La mitad del planeta todavía no tiene garantizado el acceso a la educación

Según datos de la Unesco, solo uno de cada tres países han alcanzado los objetivos de educación que fueron fijados en el año 2000. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Según datos de la Unesco, solo uno de cada tres países han alcanzado los objetivos de educación que fueron fijados en el año 2000. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Según datos de la Unesco, solo uno de cada tres países han alcanzado los objetivos de educación que fueron fijados en el año 2000. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

El acceso universal a la escuela es aún una utopía en prácticamente medio mundo, quince años después del lanzamiento del programa Educación para todos de la Unesco, que necesita USD 22 000 millones anuales.

La organización de Naciones Unidas para la educación presentó hoy 9 de abril en Nueva Delhi, París y Naciones Unidas su informe de evaluación sobre el programa Educación para Todos de 2015, el "año límite" en el que tenían que haberse cumplido todos sus objetivos.

Aunque solo uno de cada tres países han alcanzado todos los objetivos fijados en 2000, Unesco considera que en todo el mundo se han registrado avances impresionantes.

Sin embargo, el director de este análisis, Aaron Benavot, advirtió en Nueva Delhi de que "a no ser que se emprenda una acción concertada y se otorgue a la educación la atención que no se le ha dispensado en los últimos quince años, seguirá habiendo millones de niños excluidos de los sistemas educativos".

Un 52% de los países ha conseguido un acceso universal a la educación primaria, pero del 48% restante solo un 10% está cerca de lograrlo. El otro 38% sigue lejos o muy lejos de esta meta, lo que conllevará que unos cien millones de niños no terminarán este ciclo formativo en 2015, uno de cada seis en naciones pobres, según el informe.

Afganistán, China, Ecuador, Mali y Marruecos figuran entre los países donde más aumentó la escolarización en este periodo. Un tercio de los niños sin escolarizar vive en zonas en guerra y los hijos de las familias más pobres tienen cinco veces menos probabilidades de acabar este ciclo que los ricos.

No obstante, el organismo destaca que se ha logrado que ingresen en la escuela primaria muchos más niños de los que se habrían escolarizado si hubieran persistido las tendencias predominantes en los años 90.

Unicef destacó que alcanzar los retos planteados requiere al menos USD 22 000 millones anuales hasta 2030, para llegar a los más pobres y en especial a las niñas, las más desfavorecidas en el acceso a la educación básica.

El director general adjunto de la Unesco, Getachew Engida, destacó en la India que la inversión en educación "es invertir en futuro", aunque los resultados tarden en ser visibles "quince o veinte años".

Un 69% de las naciones ha logrado suprimir la desigualdad de género en la escuela primaria, pero solo un 48% en la secundaria, debido principalmente a los matrimonios y embarazos precoces.

En estados como Níger, el 70% de las niñas pobres no puede ir a la escuela elemental. Además de dinero, la Unesco reclama "cuatro millones más de maestros" para lograr la escolarización de todos los niños en la formación básica, ya que un tercio de los países estudiados tienen menos profesores de los que necesitan.

En cuanto a la formación secundaria, un 46% de las naciones ha logrado que sea universal, casi un tercio más respecto a 2 000 y el doble en el caso del África Subsahariana.

La falta de recursos económicos conllevará este año, sin embargo, que un tercio de los estudiantes de este nivel no terminen su educación.

Sudáfrica o Tanzania son algunos de los estados que siguen cobrando por cursar este ciclo. Otro de los retos que se ha quedado a medias es el de reducir a la mitad el analfabetismo entre adultos, que castiga especialmente a las mujeres -dos tercios del total-, ya que solo un 25% de países han sido capaces de hacerlo y un 32% está todavía muy lejos.

El porcentaje de adultos analfabetos en todo el mundo ha pasado entre 2000 y 2015 del 18% al 14%, lo que representa unos 781 millones de personas, y "casi por entero al paso a la edad adulta de jóvenes que cursaron más años de estudios que sus padres", advierte el informe.

El indio Kailash Satyarthi, premio Nobel de la Paz de 2014, defendió que la educación "es un derecho fundamental, una responsabilidad de los estados, no un producto comercial" ni una cuestión "de caridad".

Uno de los colaboradores de Naciones Unidas en la materia, Chernoir Bah, subrayó que "si se miran los grandes números, los más marginados son los pobres y la mayoría son niñas", además de que "muchas inversiones son para educación primaria, pero olvidados la importancia de que un adulto sepa leer y escribir". El Foro Mundial de Educación analizará en detalle este informe dentro de un mes en la ciudad surcoreana de Incheon.

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