Acceso por la calle Chilibulo al Hospital Enrique Garcés. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
En el Hospital Enrique Garcés, en el sur de Quito, ya no hay guardias de seguridad privada. Desde este martes, 4 de octubre del 2016, varios funcionarios de esa unidad de salud están distribuidos en las puertas de ingreso para coordinar el acceso de los pacientes.
En el acceso por la calle Chilibulo, la dueña de uno de los kioscos colaboraba en la apertura de la puerta para el ingreso de vehículos. Desde el mediodía de ayer, lunes 3 de octubre de 2016, ya no hay guardias.
Mientras tanto, en el ingreso principal, el guardia que se encargaba de organizar el paso hacia el interior, fue reemplazado por un funcionario del hospital. Allí por momentos, se forma aglomeración de gente que intenta asistir a su cita.
Desde el mediodía de ayer, lunes 3 de octubre de 2016, ya no hay guardias de seguridad privada en el Hospital Enrique Garcés. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Maribel Moreno, familiar de un paciente que permanece en emergencia, estuvo desde la noche de ayer en el hospital, y explica que a momentos, se vivió una desorganización. “No hay guardias. Para restringir el paso se organizar a la gente, estuvieron los mismos funcionarios y en la puerta de emergencia toda la noche, no hubo ninguna persona que controle” señaló.
En lo mismo coincidió Alba Shingre, otra familiar de un paciente. “Vine desde ayer por la operación de mi sobrina. Al medio día se vio a los guardias reunidos y después salieron. No volvieron más”.
Una de las comerciantes del interior del Hospital, quien prefirió no identificarse, señaló que al irse los guardias, dijeron que no regresarían ya que el contrato con esa casa de salud había terminado y no se había renovado.
Este diario intentó buscar la reacción de los directivos del Hospital Enrique Garcés. Sin embargo, en la puerta de ingreso nos indicaron que era necesario pedir una cita.
Funcionarios de esa unidad de salud están distribuidos en las puertas de ingreso, para coordinar el acceso de los pacientes. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO