La Organización Mundial de la Salud (OMS) levantó una alerta por casos de la hepatitis infantil de origen desconocido que, hasta el 1 de mayo del 2022, sumaban 228 en el mundo.
La mayoría se han notificado en Europa, sobre todo en el Reino Unido. El pasado 5 de abril, se notificaron 10 casos en niños menores de 10 años en el centro de Escocia y para el 8 de abril ya se habían identificado 74 casos en el país.
Desde entonces también se han detectado contagios en 18 países, entre ellos España, Israel, Dinamarca, Italia, Estados Unidos y Bélgica.
Edades de los afectados
Un reporte de la OMS menciona que la edad de los afectados oscila entre el mes y los 16 años. En la mayoría de los casos no presentan fiebre y en ninguno de ellos se han detectado los virus comunes de la hepatitis: A, B, C, D y E.
Un análisis en Estados Unidos llevó a las autoridades sanitarias a pensar que su origen podría ser un patógeno común llamado adenovirus 41, aunque todavía se está investigando.
En el país no se ha registrado, de momento, ningún caso de hepatitis aguda infantil, confirmó a EFE, este 3 de mayo del 2022 la ministra de Salud, Ximena Garzón.
La funcionaria recalcó que desde que se detectaron casos en Reino Unido y otros países europeos, en Ecuador se inició, el pasado 25 de abril, una “vigilancia epidemiológica activa” para “determinar tempranamente si es que existen, pero hasta el momento no tenemos ningún caso deportado”.
Garzón apuntó a la agencia EFE que los expertos a nivel internacional investigan al momento si existe alguna asociación entre el virus del covid-19 y la hepatitis: “Lo que sí está determinado es que los niños que desarrollan esta enfermedad son niños que no están vacunados”.
El pediatra Fernando Aguinaga explica que en Ecuador el virus de la hepatitis es de otro origen, como la A, y de otros tipos, pero no llegan al grado de agresividad de los casos que se han detectado en Europa.
Hepatitis A: signos de alerta
En su consulta, la pediatra Andrea Lozada atiende uno o dos casos al mes por infección del hígado causada por el virus de la hepatitis A.
La especialista menciona que esta enfermedad es más común en los niños y pueden contraerla por consumir alimentos o beber agua contaminada por heces (materia fecal) que contiene el virus.
Por ello, y si hay síntomas primarios como cansancio o falta de apetito, Lozada recomienda analizar qué tipo de alimentos o agua consumió durante los últimos días para buscar una causa y pensar que se trataría de hepatitis.
En un periodo de dos o tres días también se puede presentar dolor abdominal y posteriormente fiebre, náuseas, e ictericia (coloración amarillenta de la piel y las mucosas).
En algunos casos, además, la orina es de color oscuro y las heces son muy claras o pálidas.
“Los primeros días son síntomas inespecíficos y hay que preguntarse qué comió, en dónde comió, si las medidas de higiene fueron las adecuadas. Hay que ir buscando las señales”, dice Lozada.
Para evitar una complicación los especialistas recomiendan la vacuna contra la hepatitis A, que se puede aplicar cuando el niño cumple un año de edad y una segunda dosis a los seis meses de la primera.
Vacuna contra la hepatitis
Esta vacuna no forma parte del esquema regular para infantes del Ministerio de Salud, sin embargo, Lozada y Aguinaga resaltan la importancia de su aplicación, especialmente en la edad escolar. Su costo oscila entre los USD 9 y USD 15.
La recomendación es colocarla antes de que el menor ingrese a la guardería o jardín de infantes debido a que algunos niños pueden estar infectados y no tener ningún síntoma, pero pueden contagiar a otras personas.
Al igual que con otras vacunas, tras la inoculación podrían aparecer efectos secundarios leves como molestias musculares, enrojecimiento en el lugar del pinchazo o fiebre.
Este biológico contiene virus inactivados (muertos), por lo tanto, no puede causar una hepatitis.
La vacuna contra la hepatitis B, si está incluida en el esquema de vacunación nacional. Se aplica una dosis al recién nacido cuando la madre tiene antecedente de la enfermedad y a los adultos privados de libertad, personal de salud y otros grupos de riesgo.