Harvey Sánchez, director de la Agencia Latinoamericana de Evaluación. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Más del 80% de alumnos no logra desarrollar aprendizajes mínimos en matemáticas y lenguaje, en escuelas multigrado (unidocentes y bidocentes). Las cifras resultan de la prueba Ser Estudiante 2015- 2016.
Harvey Sánchez, exdirector del Ineval, habló con este Diario sobre el tema.
¿Qué tan representativas son esas cifras?
El Ministerio de Educación decide cuáles son los aprendizajes mínimos, para un niño en el país. Lo evalúa el Ineval, con pruebas como la Ser Estudiante. Son evidencias del aprendizaje previsto.
¿Quiénes arman las preguntas de esa prueba?
Los maestros del país seleccionados por el Ineval, que dan clases en cada grado evaluado. Todo se valida por otros docentes activos en el aula que son especialistas en contenido y pedagogía.
¿A quiénes debería preocupar esas cifras?
Al Gobierno y al Ministerio de Educación, que incumplen con lo que se ha propuesto hacer el país. La ONU conminó a asegurar que todos los niños terminen la primaria y secundaria, que debe ser gratuita y producir resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos. Ecuador y 192 países se comprometieron a lograrlo para el 2030, como un acto de justicia social impostergable.
La dificultad para que los niños de escuelas multigrado accedan a esos aprendizajes es una situación que se arrastra desde el Gobierno anterior…
Claro, desde hace muchas décadas. En educación no se puede resolver las cosas en un minuto, los esfuerzos sostenidos logran resultados, pasa en todo el mundo. A alguien no le puede gustar el modelo de Singapur, pero hay que reconocer que sus estudiantes están mejor que hace 30 años y que el país entero vive de sus capacidades de desarrollo en términos de conocimiento. Hoy Singapur se dedica a vender conocimiento alto, no aguacates.
Desde el Ministerio se dice que al abrir las multigrado cerradas ‘vuelve la alegría’ a los poblados. ¿Qué opina de eso?
Hay que dejar de hacer parecer romántica la carencia. No se puede hablar de derecho a la educación sin garantizarlo. No es alegre que no se cumpla el derecho de esos niños a aprender, garantizado por la Constitución de Ecuador. Lo de si vuelve o no la alegría es subjetivo. Habría que ver qué piensan cuando al terminar la escuela no tengan los conocimientos y la miseria los alcance.
¿Al cuestionar las escuelas multigrado defiende las del milenio?
Esto no implica que si no estoy con un modelo,voy en contra de él. Hay evidencias de la situación de las multigrado, que no es la misma de las rurales. Si me dicen que tienen un plan, para convertirlas en un ícono del aprendizaje, sería sensacional. Pero están pidiendo que las apadrinen con dádivas.
¿Y la riqueza de estudiar en donde se vive?
Hay que preservar la riqueza cultural e incentivar el desarrollo del espacio rural, lo que no implica el simplismo de condenar a la población a la precariedad sino crear las condiciones para que cada niño desarrolle un aprendizaje significativo y pueda soñar con una vida mejor. No se miró el diagnóstico ni el futuro de esos niños.