La cuarta dosis contra el covid-19 ya es una realidad en Ecuador, que se sumó a países como Israel, Chile, Perú, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, España, entre otros, en donde también se la aplica.
Desde el 1 de abril del 2022, la población a partir de los 50 años, mayores de 12 años con inmunosupresión moderada o severa, así como personal y trabajadores de la salud pueden acceder a este segundo refuerzo.
El requisito es que hayan transcurrido cinco meses desde que se aplicaron la tercera vacuna o dosis de refuerzo.
Según el lineamiento del Ministerio de Salud, un estudio en Israel determinó que transcurridos de cuatro a cinco meses de la tercera dosis, la aplicación de una cuarta aumenta la respuesta inmune y restaura los anticuerpos a niveles máximos.
Una dosis para grupos vulnerables
El epidemiólogo Marcelo Aguilar, considera que una cuarta vacuna es prioritaria en este momento de la pandemia. En particular, para personas con enfermedades base como diabetes, hipertensión, insuficiencia hepática o renal, trastornos inmunitarios asociados al cáncer, u otras.
El experto menciona que esta dosis mejora la inmunidad y es necesaria tomando en cuenta que Ómicron escapa a la protección que confieren dos y hasta tres vacunas. “Esta población se ve beneficiada porque va a seguir teniendo defensas y así evitar casos graves y la muerte“, dice.
Sin embargo, agrega, si bien la cuarta dosis es un avance, especialmente para proteger a los grupos más vulnerables, considera que Ecuador debe reorientar su estrategia de vacunación para lograr que más personas se inmunicen.
“El discurso oficial dice que todo está bien y eso ha desacelerado la demanda de vacunas para tercera dosis”, sostiene el epidemiólogo.
Aguilar señala que apenas el 80% de la población tiene la segunda dosis y hay por lo menos 1,2 millones de personas que deben completar el esquema. Asimismo, el refuerzo cuenta con una cobertura del 30%, una cifra considerada todavía baja.
Acelerar la vacunación
El epidemiólogo indica que para tener un control sostenible de la pandemia es indispensable que se inocule a la población pendiente. Si se quiere lograrlo, el Gobierno tiene que relanzar la campaña de vacunación contra el covid-19.
El docente e investigador, Alberto Narváez, coincide en que este nuevo refuerzo es beneficioso para los grupos vulnerables. Sin embargo, recuerda que estamos en una emergencia sanitaria global.
Esto implica que mientras haya regiones en donde la inmunización es baja, el riesgo de que surjan nuevas variantes, como ocurrió con Ómicron, es alto. La situación prolongaría pandemia.
De igual forma, Narváez resalta la importancia de que se acelere la aplicación de la dosis de refuerzo sobre todo en los mayores de 50 años, que son los más vulnerables y en Ecuador son alrededor de 3 564 334 personas.
Según los datos del Vacunómetro, con corte al 3 de abril, a 5 332 016 personas se les ha administrado la tercera dosis. Del total de la población mayor de 50 años, solo 2 200 470 tienen el refuerzo, aproximadamente el 60%.
¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud?
En marzo del 2022, un grupo de expertos convocado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que “apoya firmemente el acceso urgente y generalizado” a las vacunas de refuerzo. Este es un cambio de postura, después de afirmar el año pasado que no eran necesarias y contribuían a la desigualdad en su distribución.
La OMS explicó que su grupo de expertos concluyó que la inmunización con las vacunas autorizadas contra el coronavirus proporciona altos niveles de protección contra una enfermedad severa y la muerte en momentos en aún persiste la propagación de la variante Ómicron.
Desde enero de este año la OMS comenzó a recomendar los refuerzos cuando los países tuvieran suficientes suministros y después de que se haya protegido a los grupos más vulnerables.
Según el organismo internacional, las vacunas, incluido el uso de los refuerzos, es especialmente importante para las personas en riesgo de sufrir una enfermedad severa.