El folclor y las tradiciones se reflejan en la danza de la Chola Cuencana

Las cholitas y excholitas de las parroquias rurales son parte de esta agrupación, que se creó en el 2014. Foto: Lineida Castillo/EL COMERCIO

Las cholitas y excholitas de las parroquias rurales son parte de esta agrupación, que se creó en el 2014. Foto: Lineida Castillo/EL COMERCIO

Las cholitas y excholitas de las parroquias rurales son parte de esta agrupación, que se creó en el 2014. Foto: Lineida Castillo/EL COMERCIO

El grupo de danza Chola Cuencana es fotografiado, aplaudido y admirado en sus presentaciones en las 21 parroquias rurales. Está integrado por sus cholitas y excholitas.

Fue creado hace dos años por el Consorcio de Gobiernos Parroquiales de Cuenca, para rescatar el folclor y las tradiciones culturales. También para llevar un mensaje de unidad y hermanamiento entre las parroquias, señala Daniel García, presidente del Consorcio.

María José Barbecho tiene 20 años y en el 2014 representó a su natal Ricaurte en la elección de la Chola Cuencana, que se realiza cada 3 de noviembre. Ese espacio le ayudó a conocer mejor la cultura de esta ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Por esa razón y su desenvolvimiento, Barbecho dirige al grupo de 11 compañeras, que ensaya una vez a la semana. Ella aprendió, de la instructora de baile Yolanda Neira, los pasos típicos, movimientos de las manos y otros detalles.

“Cuando bailan, los suaves movimientos de la pollera imponen elegancia, distinción y alegría”, cuenta Barbecho. La propuesta es fortalecer la identidad de la chola a través de la música, danza y vestimenta. Ellas destacan la pollera, la blusa bordada, la macana, el sombrero de paja toquilla, los aretes, las zapatillas y el cabello recogido con dos trenzas.

AJohana Gómez, Beatriz Criollo, Miriam Zambrano y Adriana Iñamagua, todas de 17 años, les llena de alegría y orgullo representar a su cultura. “La gente se acerca para fotografiarse y nos felicitan porque mantenemos viva nuestras expresiones”, cuenta Criollo.

En las presentaciones solo visten el atuendo típico y bailan temas como Chola cuen­cana, Por eso te quiero Cuenca, Así se goza, Rumiñahui, entre otros. Una particularidad es que arman coreografías con el uso de sus accesorios, como la canastilla, el paño y el sombrero.

Este grupo de danza preside las fiestas religiosas y civiles en las 21 parroquias rurales. Por ejemplo, el viernes 26 de agosto las 12 integrantes se presentarán en Nulti y el sábado lo harán en Baños. “Cada parroquia es hospitalaria y se esmera por atendernos”, señala Lourdes Paucar, de Octavio Cordero.

El julio pasado, esta agrupación organizó en el festival de danza folclórica Mi raza mi color, que se realizó en Ricaurte. Su intención fue fortalecer la identidad cultural.

Como cada agosto, este año el grupo también fue invitado a participar del tradicional Desfile de la Ecuatorianidad en Nueva York, Estados Unidos. Pero solo viajaron Verónica Guamán, Tatiana Calle y Alexandra Merchán, “porque el resto no obtuvo la visa”, asegura Omar Yaguachi, funcionario del Consorcio de Gobiernos Parroquiales.

“Era nuestro sueño compartir nuestra música y cultura con los migrantes ecuatorianos en ese país y ciudadanos estadounidenses”, señala la integrante Verónica Paute.

Magdalena Ayora tiene 52 años y nunca se pierde las presentaciones de su hija Karina Ayora, de 18 años. “Me encanta como baila, pero también estoy a su lado para corregirle en algunos detalles”.

Por lo general, las integrantes permanecen en el grupo durante el año de su reinado. Pero hay quienes se quedan voluntariamente por más tiempo, como Beatriz Criollo y María José Barbecho. Este mes se integraron Adriana Iñamagua y Camila Cárdenas, de las parroquias Checa y Ricaurte.

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