Por cientos de años los murciélagos han estado ligados a varios mitos. La leyenda de Drácula, la rabia e, incluso, la suciedad son algunas de las cosas con las que se asocian, generalmente, a estos mamíferos. Pero, estos pequeños voladores tienen un papel más importante de lo que se cree dentro del equilibrio natural del planeta.
Jardineros de la noche es una exposición temporal realizada por la Fundación Botánica de los Andes, de forma conjunta, con el Programa de Conservación de Murciélagos del Ecuador (PCME) y cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería, la Secretaría Metropolitana de Ambiente de Quito y la Fundación EcoFondo.
Los murciélagos con 171 especies son los mamíferos más numerosos en el ecuador, solo Brasil y Colombia, dentro de la región, tienen más especies; pero hay que considerar que son países que tienen una extensión bastante superior.
Para empezar la experiencia dentro de Jardineros de la Noche, los visitantes pueden disfrutar de un documental corto en la sala de video del recinto ecológico. En este se retrata la manera en la que los biólogos se insertan en el hábitat natural de los murciélagos para investigarlos. Además, se muestran datos sobre estas especies en Ecuador y su importancia natural.
Para investigar a los murciélagos, los expertos colocan una red muy delgada de hilo nailon cerca de ríos y grutas para atraparlos.
Estos mamíferos salen en busca de comida en la noche y el exceso de hambre, luego de permanecer más de 12 horas sin comer, hace que no utilicen sus sentidos al 100 % y que transiten casi de manera automática. Por lo que caen en las redes de los investigadores.
Luego, estos los toman por sus patas traseras, de manera que no se dañe la red ni tampoco sufra ningún daño el animal. Se los mide, identifica (en especie y tamaño) y se los vuelve a dejar en libertad para que se alimenten y vuelvan a su hábitat antes de que salga el sol.
Viviana Narváez, bióloga y protagonista del documental, confiesa que siente mucho amor hacia ellos, por su tamaño y contextura, “pequeños y afelpaditos”. Confiesa que cuando empezó en este oficio pensaba que todos eran iguales. Pero, ahora se siente maravillada de saber que existe una gran diversidad de murciélagos: en coloraciones, tamaños y especies.
Exposición temporal ‘Jardineros de la noche’ en el Jardín Botánico en Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La importancia de los murciélagos dentro de los ecosistemas es muy variada y tiene que ver directamente con su alimentación. Entre las utilidades está la dispersión de las semillas, la polinización y el control de plagas de insectos, roedores y anfibios.
Los murciélagos que se alimentan de fruta cumplen la función de dispersar semillas. Luego de ingerir el alimento, estos defecan la semilla. Pero, no las expulsan en cualquier lugar, porque en su hábitat natural existe poca luz para que crezcan nuevos árboles frutales. Lo hacen en sus vuelos nocturnos, en lugares donde haya suficiente iluminación para que las plantas crezcan.
Los que comen insectos, por su parte, son los controladores de plagas. Incluso, llegan a ingerir su propio peso en insectos en una sola noche. Una función parecida cumplen los murciélagos pescadores.
Existen otros que se alimentan del néctar de las flores, son conocidos como los colibrís de la noche. Vuelan por cada flor y de está manera transportan el polen. Sino fueran por estos murciélagos los bosques no podrían crecer.
El mito que une a Drácula con los murciélagos tiene que ver directamente con una especie, los vampiros. Estos se posan sobre animales más grandes, pero pese a lo que se cree comúnmente no chupan su sangre. Estos meten sus colmillos y hacen que la sangre empiece a salir para lamerla. Además, sus colmillos liberan una sustancia analgésica que evita el dolor en sus presas.
Alicia Arias, Directora de Educación del Jardín Botánico, expone que el objetivo de la exposición es que las personas cambien el sentido que tienen sobre los murciélagos debido a varios mitos históricos y se conozca la importancia de estos animales para la naturaleza.
Tras la visualización del documental, las personas observan tres puntos más donde se amplía la información de sus características, se observan fotos de varias especies e incluso se puede apreciar un esqueleto disecado de un mamífero de este tipo.
Finalmente, pueden completar la vivencia con un artefacto en forma de orejas de murciélagos en el que los visitantes pueden meter su cabeza para escuchar tal como estos animales lo hacen, de manera amplificada, como un radar.
Esta exhibición inició el viernes 31 de octubre y se extenderá hasta febrero de 2016, en el Jardín Botánico de Quito, ubicado en el Parque La Carolina, en el ingreso por el Boulevar Rumipamba. El precio de entradas es de USD 3.50 para adultos; USD 2, para niños y estudiantes; y USD 1,75 para adultos mayores.
Las personas pueden visitar el Jardín de lunes a viernes de 8:00 a 16:45 y los sábados, domingos y feriados de 9:00 a 16:45.
Además de Jardineros de la noche, los visitantes podrán visitar exposiciones permanentes de orquídeas, bosques nublados, bosque seco y otros espacios.