Las parejas parecen durar mucho más si las mujeres están igualmente educadas que los hombres. Foto: Archivo EL COMERCIO
Aunque en la década de los 50 la tendencia era contraria, parece que hoy los hombres se sienten más felices si sus esposas o compañeras son igual o más preparadas profesionalmente que ellos, e incluso si son las proveedoras del hogar.
De acuerdo con un estudio recientemente publicado por Christine Schwartz, socióloga de la Universidad de Wisconsin (EE. UU.), esta clase de parejas serían menos propensas a terminar en una separación o un divorcio.
Schwartz y su equipo llevaron a cabo una extensa revisión de lo sucedido a parejas casadas en distintas décadas.
Pudieron comprobar cómo aquellas unidas entre las décadas de los 50 y los 80 tenían un tercio más de probabilidades de separarse si la mujer tenía más preparación académica.
Esta situación empezó a revertirse a partir de los 90, cuando, según señalan los investigadores, la brecha entre la educación superior femenina y masculina comenzó a cerrarse.
De este modo, las parejas parecen durar mucho más si las mujeres están igualmente educadas que los hombres, e incluso más que ellos.
Schwartz va más allá y sugiere, a partir de su trabajo, que cuando una mujer tiene menos educación que los hombres, sus matrimonios tendrían un hasta un 40% más de probabilidades de terminar en divorcio que aquellos de los que ellas están más preparadas.
Pareciera que los hombres que se casaron tras el cambio de siglo no ven como una “amenaza” a una pareja más educada o que gane más.
“Estas tendencias –dijo Schwartz al diario ‘The Telegraph’– responden al cambio del modelo de matrimonio proveedor-ama de casa hacia uno más igualitario, en el que la condición de la mujer es menos amenazadora para la identidad de género del hombre”.