Solo en Pichincha, 35 763 estudiantes estaban inscritos para rendir el ENES. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.
La fila era enorme. Más de 300 jóvenes esperaban la mañana de este sábado, 19 de septiembre de 2015, afuera del Colegio Luis Napoleón Dillon, en el norte de Quito. Una vez que las puertas del plantel se abrieron su futuro quedaría sellado: asegurar un cupo universitario o reprobar.
Esta mañana, a escala nacional, 276 770 bachilleres estaban inscritos para rendir el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES), que permite a los estudiantes acceder a las universidades públicas. Solo en Pichincha 35 763 estudiantes estaban inscritos.
Entre los primeros de la fila estaba Ángel David Romero, de 18 años. Llegó a las 06:10, acompañado de sus padres desde su casa ubicada en el barrio los Laureles, en el norte de Quito. Antes que saliera el sol estuvo en la calle: junto a su familia caminó más de 45 minutos para llegar al colegio.
En el camino aprovechó para repasar ejercicios de razonamiento. ¿Sinónimo de suave? –Blando, contestaba Romero a las preguntas que le hacían sus padres. Toda su familia estaba emocionada porque si pasa sería el primero en la familia en cursar estudios universitarios.
Los padres de Mayra Tipantaxi, de 21 años, también estaban emocionados. Su padre impulsaba la silla de ruedas de la joven, quien presenta una discapacidad motriz en el 90% del su cuerpo.
“Cuando nació me dijeron que era un vegetal. Hemos sufrido mucho, porque no podía hablar, incluso recién a los 12 años empezó a mover las manos y aprendió a escribir”, dijo la madre de la joven. Ella, emocionada, confesó que le gustaría convertirse en psicóloga. “Hay gente que tiene problemas y yo quiero ayudar”.
María del Pilar Troya, subsecretaria de Educación de la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt), detalló que es la octava vez que el examen se aplica en el país y también en España, en donde se han inscrito 94 personas. Además 1 238 aspirantes con discapacidad también inscritos.
La funcionaria indicó que el examen valora tres áreas de razonamiento: lógico, abstracto y verbal. Los mejores puntuados, sobre 1 000, tiene mayor posibilidad de acceder a la carrera que es su primera opción. Los puntajes más bajos deben conformarse con otras alternativas a las que plantearon en un inicio.
Troya aseguró que en cada proceso los cupos cubren el 100% de la demanda de bachilleres. “Lo que tiende a pasar es que hay mucha demanda por ciertas carreras y en otras nos sobran cupos.
En cada proceso nos sobran de 8 000 a 10 000 cupos en carreras importantes como ingeniería informática, agronomía. En cambio todos quieren estudiar administración o medicina. Hay gente que no alcanza a esa área”.