Tras la primera etapa de aceptación de cupos para la educación superior, los aspirantes tienen dudas con respecto a las carreras para las que el sistema de la Secretaría de Educación Superior (Senescyt) les asignó una plaza.
Jóvenes consultados por EL COMERCIO, cuyos casos se relatarán con nombres protegidos, ya que pidieron su reserva, contaron que aceptaron cupos porque no quieren quedarse sin estudiar, pero no son en carreras de su interés.
Juan obtuvo un cupo para la tecnología superior en Desarrollo de Software. Asegura que postuló como primera opción para esta carrera porque su calificación es de 760 sobre 1 000 y al revisar la oferta académica vio que los puntajes referenciales para Derecho -que es lo que quería estudiar- son más altos.
“Postulé para tres carreras que pedían puntajes bajos. Acepté el cupo, pero, sinceramente, es una carrera que no me gusta”, contó el chico de 17 años.
Por eso utiliza chats en donde se encuentran otros jóvenes como él, que están cumpliendo con el proceso de admisión a la educación superior, y ahí ha pedido referencias de la carrera. “Quiero saber qué tan buena es”.
La pregunta es común en grupos de aspirantes. “¿Qué tal es Imagenología y Radiología?”, preguntó Carla en un chat. La bachiller dice que eligió esa carrera como segunda opción, pero no sabe en qué consiste. “Justo me dieron cupo para esa”.
También consultó a otros jóvenes si debería aceptar el cupo. Este es el segundo intento que hace la chica de 19 años para entrar a la universidad. Quiere estudiar Administración de Empresas y no tenía otras opciones en mente. “Por eso elegí Imagenología al azar”.
Ella decidió no aceptar el cupo, tras recibir mensajes de varios aspirantes como ella. “Yo lo iba a hacer porque no quiero quedarme otro semestre sin estudiar, pero me dijeron que si no estoy segura no acepte porque si lo hago y no uso el cupo ya no podría participar en un próximo proceso de admisión”.
La psicóloga de la Universidad UTE, Susana Pesántez, dice que no es recomendable aceptar un cupo cuando no se conoce sobre una carrera. Señala que eso trae consecuencias negativas para los jóvenes.
Por ejemplo, en el transcurso de la carrera se evidencia que no hay interés ni habilidades para esa área. “Consecuentemente no tendrá los resultados académicos esperados. Habrá deserción, cambios de carrera, pérdida de tiempo, de recursos económicos y afección emocional”.
En el proceso de admisión todavía está pendiente una segunda etapa de aceptación de cupos, que será el 9 y 10 de octubre. Luego, los jóvenes que no obtuvieron uno tendrán una nueva oportunidad para postular, aunque todavía no se conoce la fecha para eso.
Para esas etapas, la especialista de la UTE recomienda a los aspirantes que realicen una elección responsable e informada.
Pide definir un área de interés e investigar cuáles son las carreras posibles en ese ámbito para que sean parte de las cinco opciones en orden de prioridad que los chicos pueden registrar en el sistema de la Senescyt. “Así no pasa que eligen Medicina, Derecho, Arquitectura e Ingeniería, que no tienen nada qué ver entre sí”.