El Hornero rompe estereotipos con su pizza uruguaya horneada a leña

Existen 18 combinaciones de pizzas en El Hornero y la posibilidad de armarla con ingredientes al gusto del cliente. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Existen 18 combinaciones de pizzas en El Hornero y la posibilidad de armarla con ingredientes al gusto del cliente. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Desde pequeños nos enseñaron que, icónicamente y por excelencia, la pizza es circular y triangular después de cortarla y servirla. Por tradición se conoce también que la pizza o es americana o italiana. Resulta que hay una preparación del tipo en Quito (y también en otras ciudades del país) que no cumple ninguno de estos parámetros.

Desde hace 36 años en El Hornero- el siguiente destino del recorrido gastronómico- se elaboran pizzas cuadradas/rectangulares, artesanales y con inspiración uruguaya. Y otro detalle, para cocinarlas se emplean hornos de leña, que en parte de los locales son visibles para saciar la curiosidad de la clientela.

Y en efecto, el horno está a la vista de la audiencia hambrienta, en la sucursal de la pizzería ubicada en la Isla Floreana y si se elige la mesa adecuada (en la planta baja) incluso es posible ver en directo, y mientras se espera, cómo la pizza que se exhibe en el menú se transforma en una de verdad.

El día de la visita se optó por conservar el misterio y subir al segundo piso. No pasaron ni dos minutos después de elegir la mesa, y ya estaba listo el mesero para ofrecer una cordial bienvenida (acompañada de una tímida y amable sonrisa) y entregar las cartas.

En estas se despliegan las 18 combinaciones posibles, aunque también se vale elegir los ingredientes al gusto. Tomada la decisión el camarero se llevó las cartas y trajo una canasta de aperitivos- para engañar al estómago-, dispuso los cubiertos (porque en este caso bien se pueden usar los utensilios como las manos) y los aderezos.

Las pizzas de El Hornero se preparan artesanalmente, sin uso de tecnología. Después de hornearlas se cortan a mano. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

La primera venia se la lleva el ají, una amalgama de trozos pequeñitos de ají (pepas incluidas) hierbas, aceite y un toque de ajo, no apto para paladares y estómagos sensibles. Y lo que le sobra al ají en intensidad, le falta al chimichurri (sí, al parecer ahora la pizza se acompaña también con este aderezo).

Sin esperar demasiado, llegan a la mesa los rectángulos de pizza que visualmente no resultan tan impactantes ni coloridas como las tradicionalmente circulares. Es probable que se deba a la distribución de ingredientes sobre la masa en algunas especialidades: salsa, vegetales y embutidos y queso. En estos casos el queso lo cubre todo y opaca las festivas tonalidades de los vegetales.

Saboreados unos cuantos pedazos los chefs (Pablo Cruz y Alfredo Salazar) sentencian que a la masa le faltó “un poquito” de cocción, someterla un par de minutos más al calor del horno. Por ende, su consistencia hace que no se termine de deshacer en la boca. Por lo demás, calificaron al queso como regular por la falta de esa provocación visual- típica de toda pizza-, las hilachas de queso caliente y derretido. Y lo mismo para los embutidos.

El uso de algunas de las guarniciones como el tomate en rodajas, el pimiento y la piña es un acierto. Sobre todo porque se sienten fresquísimos al degustarlos. La favorita del Alfredo fue la hawaina, “se sintió el sabor bien arriba”, destacó. En la de tipo napolitana, el tomate ligeramente horneado fue la estrella.

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John Arzuello, administrador del local, aprovechó la visita sorpresa para contar que el éxito de El Hornero es la calidad de los productos, y que logran esta calidad gracias a que todo (prácticamente todo) es hecho en Ecuador, en una central de compras que abastece a todos los restaurantes. Incluso tienen su propia quesería en Machachi.

De la misma forma, resaltó que cuidan además del sabor, la textura y grosor de los ingredientes, ante todo de la masa, La misma es fresca porque se la prepara a las 07:00 y se la guarda máximo para las primeras órdenes del día siguiente. Los productos preparados en la central se distribuyen todos los días entre las 10:00 y 11:00 a los puntos de venta, así que nada es guardado.

Precios: desde USD 3,50 una personal (dependiendo los ingredientes) hasta USD 32,50 una gigante. 

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