Desde 1939, la Alemania de Hitler expandió su dominio por gran parte de Europa. Foto: archivo/ AFP
Existen millones de registros históricos de la Segunda Guerra Mundial. Un sinnúmero de libros, pinturas, fotografías, filmes, registros de audio y estudios, entre otros, se han publicado al respecto como un testimonio sobre estos sucesos.
De hecho, este acontecimiento bélico –el mayor del siglo XX– tuvo un impacto global. En ese entonces, afectó a la economía, la dinámica social e incluso a la producción de los países en todo el mundo.
Pero, además, existen elementos de la cotidianidad de esa época que también demuestran lo que sucedía en los países en conflicto. Por ejemplo, los billetes y las estampillas son un registro histórico muy valioso que permite tener una idea más cercana de los años de la guerra.
En realidad, los billetes de cualquier nación presentan símbolos característicos de quien los emite y ofrecen una ventana a su historia.
Desde 1939, la Alemania de Hitler expandió su dominio por gran parte de Europa. Foto: archivo/ AFP
Carlos Ortuño Arévalo, doctor en jurisprudencia y autor del libro ‘Historia Numismática del Ecuador’ publicado por el Banco Central del Ecuador, comenta que los países al independizarse, o durante procesos revolucionarios, buscaban tener su propia moneda.
Por ello, incluso Alemania implementó el Reichsmark (marco imperial) como su moneda desde 1924, luego de la Primera Guerra Mundial. Además, en los billetes se incorporaban a ciertos personajes junto con detalles del valor de ese papel y su emisor.
De acuerdo con Ortuño, las monedas propias eran una reivindicación de la soberanía de cada nación. Esto es especialmente importante cuando se conocen a fondo diferentes billetes que circularon en territorios ocupados por Alemania o la entonces Unión Soviética.
Simbología en las monedas y uso de billetes
Es muy usual que se presenten símbolos característicos del emisor en sus monedas. Ortuño comenta que incluso antes de que se inicie con el uso de billetes, ya se veían en las monedas de oro o plata los detalles de quien las acuñaba: bustos de personajes emblemáticos o una leyenda de algún emperador.
Con el paso del tiempo, se dio una transición al uso de billetes para hacer transacciones. En estos papeles se implementaron también símbolos que denotan la coyuntura histórica del momento en el que fueron emitidos.
Por ejemplo, existieron billetes de Ucrania o de la entonces Checoslovaquia que tenían la denominación del valor marcado en alemán, así como en el idioma local. De esta manera, los billetes también cuentan las ocupaciones de la Segunda Guerra Mundial.
Territorios con presencia alemana o soviética
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, existieron muchos movimientos en las zonas europeas. Alemania tenía un plan de expansión que, poco a poco, fue poniendo en marcha. Por su parte, la Unión Soviética llevó a cabo también estrategias para ampliar su dominio de territorio.
De hecho, antes de que estalle la guerra, Alemania y la Unión Soviética firmaron el Tratado de No Agresión entre las dos naciones, también conocido como el Pacto Ribbentrop-Mólotov. Y en este, secretamente, se repartieron territorios de Europa que, progresivamente, ocuparían en los años siguientes a 1939, cuando se suscribió este documento.
En septiembre de ese mismo año, Alemania invadió Polonia. Y unos días después, el Ejército Rojo de la Unión Soviética atacó el lado oriental de ese mismo país, donde no había llegado el nazismo. La expansión de estas dos naciones continuó con varios movimientos estratégicos.
Alemania ocupó también territorios de Austria, Dinamarca, Bélgica, Checoslovaquia, Noruega y Francia, por mencionar algunos ejemplos. Mientras que, inicialmente, la Unión Soviética llegó a Letonia y Estonia hasta agosto de 1940, así como Lituania en junio de ese mismo año.
A pesar del Pacto Ribbentrop-Mólotov, Alemania atacó y ocupó posteriormente los territorios de Estonia, Letonia y Lituania que estaban ocupados por los soviéticos –y que en ese acuerdo suscrito quedaba para la Unión Soviética– lo que amplió el dominio nazi en más territorio europeo.
Lo curioso es que luego de haber firmado este convenio, la Unión Soviética se unió, eventualmente, al grupo de los Aliados que enfrentó –y venció en 1945– al nazismo y a las ‘Potencias del Eje’ (Alemania, Japón e Italia). Durante todo este tiempo, la ocupación de los distintos territorios se evidencia en los billetes que circulaban en cada lugar.
El reflejo de estos sucesos históricos en el dinero
Una de las formas de demostrar poder, en esa época, fue también el realizar emisiones de moneda en territorios ocupados. Por eso es posible encontrar billetes de chelines austríacos con los detalles del valor en alemán. Ese ejemplo se repite en monedas de otros territorios europeos.
Y según la serie y año de emisión se notan también los rumbos que tomaba la guerra. Por ejemplo, existen billetes de 25 chelines, emitidos por Austria en 1944, pero ya luego de la llegada de los Aliados a esa zona. Mientras que en años previos, cuando todavía los nazis tenían dominio de ese espacio de Europa, la moneda que circulaba tenía los detalles del valor en alemán.
Además, en esa época se emitió otro tipo de monedas, que tenían validez únicamente en ciertos lugares específicos. Por ejemplo, existían papeles de vale por 10 Reichsmark (marcos imperiales), pero para uso interno en los campos de concentración judíos.
Para descubrir más sobre el mundo de los billetes y estampillas emitidas en la Segunda Guerra Mundial, llega una colección especializada que circula desde hoy, 12 de enero del 2020, con EL COMERCIO. Cada fascículo, de un total de 60, contará con reproducciones de billetes y estampillas en tamaño real y circulará cada miércoles desde este próximo 15 de enero.