El caso de Drayke Hardman cruzó la frontera estadounidense y puso en alerta a madres y padres de todo el mundo. En Ecuador también se lamentó la muerte del niño de 12 años, quien intentó suicidarse tras sufrir bullying durante un año y quedó en estado crítico, sin que los médicos puedan salve su vida.
EL COMERCIO consultó el jueves 17 de febrero del 2022 habló con dos especialistas. Una de ellas dio pautas para que los padres puedan identificar cuando sus hijos estén sufriendo acoso escolar y la otra explicó cuál es el procedimiento que se debe seguir en estos casos en Ecuador.
Cómo identificar si su hijo sufre bullying
Belén Lascano, psicóloga infantil señala que cada vez que un hijo vaya o llegue de la escuela o colegio, los padres no solamente deben revisar las tareas pendientes y los cuadernos. “Es necesario preocuparse por cómo está su mente y corazón. Démosles confianza para que puedan contar con nosotros”.
Una de las primeras manifestaciones de que un niño o joven sufre bullying es que no quiera asistir a clases o esté triste, sostiene Lascano. También se podrían presentar problemas para dormir, cambios repentinos de humor o lesiones que no saben cómo justificar.
Los chicos que están siendo acosados en la escuela también pueden cambiar sus hábitos alimenticios o presentar dolores frecuentes de cabeza y estómago, así como dejar de estudiar. Una actitud introvertida, poca energía y mucha angustia o tristeza también son signos de alarma.
Si se detecta que un niño o adolescente sufre, la psicóloga sostiene que es importante tener una reunión en la escuela y en ella relatar los cambios que el chico está pasando. “Por lo general, las respuestas que suelen dar las autoridades es que no se dieron cuenta. La relación de ambas partes debiera ser tranquila con el fin de buscar estrategias para proteger al niño o joven. Armar un equipo colaborador, no se trata de ir y atacar al docente y directivos”.
¿Qué hacer frente al acoso escolar?
La abogada y representante de Rescate Escolar, Sybel Martínez, señala que en Ecuador se cuenta con el Protocolo de actuación frente a situaciones de violencia detectadas o cometidas en el sistema nacional de educación.
Este establece que cualquier persona que sea miembro de la comunidad educativa y que conozca un hecho violento entre pares tiene la obligación de informar inmediatamente al Departamento de Consejería Estudiantil (DECE), al tutor o a la autoridad institucional para que se realice un abordaje oportuno, explica Martínez. Luego, el DECE tiene la obligación de levantar un informe sobre el caso.
Cuando se presente un caso de acoso escolar o bullying, la abogada recomienda a los padres que vayan inmediatamente a la escuela, pidan una reunión con la máxima autoridad, la psicóloga y el tutor del niño, niña o adolescente y no salga de ahí hasta que le den una respuesta.
El acoso debe parar inmediatamente, señala. Y se debe buscar la forma de revalorizar a la víctima frente al grupo para que no vuelva a suceder.
Cuando la falta es muy grave, Martínez señala que se prevé una sanción. Además, el Código Orgánico Integral Penal (COIP) contempla el acoso escolar como una contravención. Sin embargo, la abogada sostiene que no se puede derivar al campo penal un problema social.
El tema consta en la Ley de Educación
El 19 de abril del 2021 se publicaron las reformas a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) y en ella se prevé un Plan Nacional de prevención de la violencia escolar, además de la implementación de mecanismos de prevención, atención y reparación de este flagelo, explica Martínez.
Asimismo, señala que se busca lograr un cambio en la cultura escolar, en materia de violencia. “No pasa por criminalizar a los alumnos sino por el fomento de una convivencia pacífica y armónica, que además tienda a prevenir estos hechos violentos y no llegar al extremo de que un niño decida atentar contra su vida”.