María Mena supervisa las finanzas de su madre, Teresa, quien está jubilada. Así ambas lo acordaron e incluso acudieron al banco para solicitar que cualquier movimiento de la cuenta de Teresa le sea informado a María a través de un mensaje a su teléfono celular y correo electrónico. “Es una medida de seguridad, ante los robos y estafas que se escuchan a diario”, comenta.
Y es que los adultos mayores (1,3 millones de personas en Ecuador, según el INEC) son un grupo atractivo para los estafadores por varias razones: son dueños de bienes, poseen ahorros y beneficios de ley por su edad. También es poco probable que reporten el delito; y suelen estar menos familiarizados con la tecnología, explica Elizabeth Arellano, ejecutiva del programa de Educación Financiera de Produbanco.
La experta comenta que entre las estafas más comunes a este grupo etario están las de tipo presencial. “Son abordadas por desconocidos en las entidades financieras o cuando están retirando las pensiones. Les envuelven con engaños o discursos atractivos para despojarles de sus dineros”.
María lo sabe y por eso ha optado también por acompañar a su mamá cuando se acerca al banco a hacer depósitos o retiros.
Otra modalidad de estafa es la del tipo de ‘ingeniería social’, cuando reciben llamadas en las que se les solicita dinero para salvar a familiares de enfermedades o aprietos, señala Boris Cornejo, Country Manager para Ecuador de BPC (proveedor de pagos digitales).
Para Denisse Alvarez, profesora investigadora de la U. Casa Grande, los timos son los mismos en los que podría caer cualquier persona. Están los del tipo de comercio electrónico fraudulento, suplantación de datos, robo de identidad, páginas falsas, e-mails y redes sociales. “Se piensa que por ser adulto mayor se es más vulnerable, lo que debería considerarse según la independencia y autonomía que viva. Se escucha mucho que incluso su círculo cercano o personas que los conocen (familia, amigos, cuidadores, vecinos) son quienes los estafan”, apunta la docente.
Los expertos coinciden en que la educación financiera desde antes de entrar a la tercera edad es la clave para mantener unas finanzas saludables y prevenir las estafas.
Capacitarse
En Ecuador, por normativa, los bancos deben contar con programas de educación financiera y proveer a los usuarios en sus páginas web información sobre derechos, productos bancarios y temas de seguridad. También hay fundaciones sin fines de lucro, como Crisfe, que dictan cursos gratuitos.
Desconfiar
Evite hablar con terceros sobre sus finanzas y no brinde datos personales. Si le hablan de inversiones o depósitos que se triplican de la noche a la mañana, entonces no es real. No confíe en particulares y si la oferta viene de alguna entidad, verificar si cuenta con el aval de los organismos de control.
Usar medios digitales
Según la Asociación de Bancos del Ecuador (Asobanca), los ‘baby boomers’, personas entre 58 y 76 años de edad, prefieren las transacciones en ventanillas. Pero los bancos brindan opciones tecnológicas más seguras y fáciles. Los expertos recomiendan familiarizarse con estas herramientas.
Elegir ‘guardián’
Antes de entrar a la tercera edad, la persona puede identificar ya a alguien de su confianza para que le acompañe en sus finanzas en el futuro. Esto deberá ponerse en conocimiento del círculo familiar y llevar las transacciones por escrito. Por la vía legal se designa a un apoderado, a través de un notario.
Denunciar
Recuperar el dinero perdido a causa de una estafa es muy complicado. Será importante no quedarse en la queja, por lo que es recomendable formalizar la denuncia ante los bancos y los organismos de control pertinentes. Al menos así alertará sobre modalidades delictivas y se evitarán más víctimas.