Daniela, de 10 años, fue diagnosticada con un cáncer en su riñón a los 6. Tres años después llegó la pandemia, frente a la cual ella es una de las personas más vulnerables por su enfermedad. Por ello, cuenta su madre, Evelyn Ortiz, permanecieron encerrados en casa, sin recibir visitas.
Este martes 10 de agosto del 2021, esta madre de familia y su esposo recibieron la segunda dosis contra el covid-19 en la Fundación Cecilia Rivadeneira.
“Para nosotros es muy importante estar vacunados porque nuestra hija depende de nuestro cuidado y ella es vulnerable no solo ante este virus sino ante cualquier enfermedad”.
La pandemia, cuenta Evelyn, les dejó a ambos en el desempleo, pero al momento ya consiguieron trabajo. Por eso ambos saldrán de casa todos los días y estar vacunados se vuelve aún más importante, señalan.
“Ahora que estamos vacunados vamos a seguir con los mismos cuidados que antes. Las salidas serán solo para ir a trabajar, pero no asistiremos a reuniones y seguiremos usando la mascarilla porque no estamos libres de un contagio”.
370 personas completaron este martes su esquema de vacunación, tras recibir la segunda dosis de la fórmula de AstraZeneca en la organización ubicada en Quito. Esta es una de las acciones que Cecilia Rivadeneira tomó con las familias de su fundación y de otras relacionadas con el apoyo a niños y jóvenes con enfermedades catastróficas.
Wilson Merino, presidente de la Fundación Cecilia Rivadeneira, dijo que la vacunación es una oportunidad para alcanzar consensos y avanzar hacia el progreso del país, articulando esfuerzos entre el sector público y el privado. “Es hora de pensar en función de los intereses comunes, en el bienestar de las mayorías”.
Al inicio de la pandemia, Cecilia Rivadeneira se convirtió en un centro de hospedaje para profesionales de la salud de primera línea. Luego fue albergue para familias de niños con cáncer, distribuyó 100 toneladas de ayuda humanitaria en el país y se transformó en un centro de vacunación.