En el Centro de Entrenamiento para el Alto Rendimiento que funciona en Cuenca se ubicarán a pacientes que requieran ser aislados, pero no necesiten hospitalización. Foto: archivo / EL COMERCIO
El Centro de Entrenamiento para el Alto Rendimiento (CEAR), que funciona en Cuenca, será equipado para brindar atención a los pacientes con covid-19, que se presenten en Azuay. Esta infraestructura cuenta con 258 habitaciones, que se destinarán a quienes requieran de cuidados intermedios.
Serán pacientes que requieran ser aislados, pero no necesiten hospitalización, según el coordinal Zonal 6 del Ministerio de Salud, Julio Molina. “En el caso de que se complique su cuadro sintomatológico serán derivados de forma inmediata a una casa de salud.
Molina dijo que en el CEAR habrá personal médico y cumplirá con las normas de bioseguridad y con eso se podrá descongestionar en gran medida la situación de las casas de salud. “La idea es hacer el uso de las instalaciones como si fuera un hospital de cuidados de intermedios”.
Con la idea de usar el CEAR como un espacio de aislamiento, la administración del edificio solicitó desalojar las habitaciones a los deportistas que residían allí. Unos volvieron a sus provincias y otros regresaron a sus hogares.
El marchista Óscar Patín, por ejemplo, regresó a Guaranda (Bolívar) y la marchista imbabureña Glenda Morejón permanecerá en la casa de su técnico, Andrés Chocho. Por su parte, Darwin Castro, atleta con limitaciones visuales, volvió a la casa de sus padres en la parroquia cuencana de El Valle y su guía, Sebastián Rosero, viajó a Quito.
Julio Chuqui, entrenador de Castro y Rosero, contó que los administradores del CEAR les habían dicho a los seleccionados que, si se agrava la situación y como el edificio es del Estado, “se podría convertir en un hospital ambulatorio”. Por eso, los atletas decidieron abandonar el lugar.