Un campo póstumo para un centenar de perros y gatos, dos conejos y un loro

El servicio consiste en el alquiler de un espacio en el cementerio por cuatro años, traslado, cofre mortuorio y lápida de mármol. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.

Chocolate tenía a su muerte siete años y fue despedido con honras por sus dueños. “Gracias por la alegría que nos diste”, reza su epitafio en la lápida de mármol, arreglada con flores de plástico. “Tu recuerdo vivirá para siempre en nuestros corazones. Tu familia, que piensa en ti”.
La tumba del perro, que murió en 2013, es una entre un centenar de coloridas lápidas sobre un césped verde en Campo Feliz, el primer cementerio de mascotas de Guayaquil. La mayoría de las tumbas son perros y gatos, aunque en la antigua finca de 50 000 metros cuadrados, también están enterrados dos conejos y un loro.
El campo abrió de forma oficial a inicios de 2013 y ofrece servicios de cementerio y cremación, incluidos el traslado de los cuerpos. El lugar, ubicado en el kilómetro 16 de la vía a Daule, entrando por el sector El Chorrillo, cuenta con una sala de despedida de las mascotas.
“Campo Feliz, nació gracias a Keiko, fue una mascota que me regaló mi esposo cuando tenía 19 años y permaneció conmigo casi 14”, contó Yesenea Fernández, médico veterinaria y propietaria del cementerio. “Ella tuvo que partir en 2011, en ese entonces no tenía hijas, y era parte de mi vida, como un miembro más de la familia”.
La perra era un cruce de lobo siberiano con un american pitbull. “Fue la pionera y la impulsora de este proyecto, porque esto era una finca donde veníamos a descansar”.
Campo Feliz ofrece el servicio de cementerio con un alquiler por cuatro años que incluye traslado, cofre mortuorio y lápida de mármol. El valor del servicio fluctúa entre USD 450 a USD 700, según el tamaño y peso de la mascota.
El precio de la cremación individual que plantea urnas de madera con placa y foto oscila entre USD 230 y USD 400. El servicio de cremación colectiva, en el que las cenizas de la quema de varias mascotas son esparcidas en el césped o aplicadas como abono de los árboles del lugar, tiene un costo de entre USD 100 y USD 160.
Los propietarios de las mascotas suelen asistir las semanas o días previos al día de los difuntos. El viernes 30 de octubre tres de las tumbas lucían ya arregladas con girasoles, guirnaldas de flores plásticas y figuras caninas de cerámica.