Cuatro agrupaciones culturales de Borbón y Limones suspendieron los ensayos de música y danza tradicional, debido al estado de excepción que rige desde enero en los cantones Eloy Alfaro y San Lorenzo.
El atentado en Borbón del 16 de marzo provocó que los padres dejaran de enviar a sus niños a los ensayos en la escuela de música y danza de la agrupación Madera Metálica.
La escuela funcionaba en una casa de madera en el malecón de la parroquia. Allí se impartía arte tradicional de forma gratuita desde hace 10 años, con instructores locales.
Hasta antes de enero, a ese espacio acudían unos 50 niños para aprender sobre danza e instrumentos afros.
En Borbón, las agrupaciones culturales Cotroco y Guasá, y Madera Metálica se han convertido en las guardianas de la cultura afro, con la transmisión del legado ancestral por medio de la enseñanza.
Juan Pablo Garcés, director de la escuela de Madera Metálica, contó que se ha detenido el trabajo con los estudiantes de Borbón y con quienes habitaban en los recintos cercanos. Ellos enseñaban a niños de 5 a 12 años de barrios populares, como Valdez, Lechugal, Vayan Viendo, Lúmber y La Cayapa.
El pequeño Édison Quiñónez, de 9 años, ha dedicado sus tardes al juego del trompo desde que dejó de ensayar danza. Así pasa el tiempo frente a su casa en el barrio Lechugal.
Aunque tiene deseos de seguir aprendiendo a tocar los instrumentos, comentó que sus padres prefieren que juegue cerca de la casa y no se aleje por precaución.
En los últimos cinco años, el trabajo cultural de Madera Metálica con los niños de Borbón ha despertado el gusto por los conocimientos del pueblo afro en esa localidad.
Los ensayos, a los que asistían alumnos como Édison, generalmente se hacían de lunes a viernes, desde las 16:00 hasta las 18:00. Ahora, en las aulas de repaso improvisadas solo se reúnen los instructores.
En estas salas se quedaron colgados en la pared los trajes de danza, sombreros e instrumentos musicales que no han sido entonados en los últimos cuatro meses.
Garcés indicó que como agrupación trabajan en la elaboración de artesanías hasta que se retomen las clases.
Aquilino Ayoví, padre de uno de dos niños que aprendían danza, dijo que por seguridad dejó de enviar a sus dos hijos, aunque afirma que el ambiente es tranquilo en Borbón.
Desde que ocurrieron los hechos de violencia en San Lorenzo, el pasado 27 de enero, la programación cultural preparada por el Municipio de Eloy Alfaro también se ha suspendido en las poblaciones afroesmeraldeñas.
El director de Cultura del Municipio, Wágner Ospina, aseguró que la caravana cultural programada en las parroquias se retomará cuando se levante la excepción.
En Limones dejaron de ensayar las agrupaciones culturales Estrella del Mar y Niños de Colores, quienes trabajan en la danza ancestral afro desde hace 15 años.
Ambas agrupaciones han congregado a 40 artistas, entre niños y adultos. “Con la suspensión de los actos dejamos de producir, porque vivimos de la cultura en nuestras comunidades”, indicó Daniel Mina, activista cultural.
Limones es una de las poblaciones fronterizas que ha dado impulso a las tradiciones del pueblo afro con actividades como la fiesta del Santo Negro, San Martín de Porres, una celebración que convoca a unas 5 000 personas cada año.
Entre las cantoras de arrullos de La Tola, Olmedo, Rompido, Canchimalero, Santa Rosa, El Bajito y Pampanal hay preocupación, porque dijeron que si el estado de excepción se prolonga hasta fin de año, no podrán participar en las celebraciones del Santo, que se cumplen cada noviembre.