Nuevos bachilleres adultos van por un título de tercer nivel

Para Jenny Arroyo, de 65 años, convertirse en bachiller era un anhelo que quería cumplir para continuar con su siguiente paso: estudiar Derecho. Foto: Patricio Terán / El Comercio.

A sus 65 años, el sueño de Jenny Arroyo es ser abogada. El primer paso para conseguirlo lo dio el pasado viernes 29 de julio de 2022, al convertirse en bachiller. La madre de cuatro hijos abandonó el colegio a los 16 años para dedicarse a la crianza y al hogar. Hace tres años retomó sus estudios y, asegura, seguirá detrás de su anhelo profesional.

Ella es una de los 1 196 jóvenes y adultos del Ecuador que se graduaron, tras haber cursado la modalidad a distancia-virtual. No fue complicado, asegura Jenny, ya que previamente hizo un curso de computación. “Es enriquecedor aprender cosas nuevas”, dice.

Su esposo, Simón Díaz, le acomoda la chaqueta rosa que se asoma bajo la capa de graduada. “Vamos a cumplir 50 años de casados y me siento muy feliz por mi esposa. Es una persona muy dinámica, que le gusta estudiar; y aquí están los resultados”, dice con orgullo. El logro de Jenny lo motivó y él también empezará a estudiar para terminar su bachillerato.

Él confirma lo que se evidenció en la ceremonia de graduación, que se realizó en el auditorio de la Unidad Educativa Juan Montalvo, en Quito: “Nunca es tarde”.

La virtualidad de las clases

Desde el 2018 se implementa la modalidad a distancia-virtual, dirigida a jóvenes y adultos que, por diversas situaciones, no han podido culminar su educación formal en las edades correspondientes. Este servicio educativo utiliza medios tecnológicos y propone un proceso autónomo de aprendizaje, acompañado de un docente tutor.

Patricio Fierro imparte Lengua y Literatura. Asegura que, para esta población estudiantil, lo primero que hacen como maestros es ponerse en los zapatos de los estudiantes y ser empáticos.

El docente identifica dos dificultades: el manejo de tecnología y el acceso a Internet. Para aplacar el primer problema, señala que imparten algunas clases de ofimática, con las principales herramientas que los alumnos utilizan.

La educación para jóvenes y adultos está dirigida a nacionales, extranjeros residentes en el país y ecuatorianos que viven en Estados Unidos, España, Italia, Reino Unido, Bélgica y Hungría.

Para acceder hay dos periodos de inscripción, entre abril y mayo; y entre septiembre y octubre. En cada período se atiende a alrededor de 10 000 estudiantes, informó el Ministerio de Educación.

Otro intento de graduarse

En el recinto Peminche, de Manabí, Ana Meza solo pudo terminar la escuela y se dedicó a trabajar el campo. Con dos hijos, se graduó a los 33. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Para Ana Meza fue el tercer intento de culminar el colegio durante su vida adulta. Cuando salió de la escuela, cuenta, ella y sus hermanas le rogaban a su papá para que les permita estudiar. Eran 16 hijos. “Decía que, si no tenía para darle a uno, no había para ninguno. También, que al colegio se va a buscar drogas y marido”.

Obligada por las circunstancias, Ana cambió el aula de clases por el trabajo de campo, en el recinto Peminche, de Manabí. “Sembrábamos maíz para cambiar por comida”. A los 21 años, Ana decidió empezar el colegio, pero lo abandonó cuando dio a luz a su primer hijo.

Tiempo después se volvió a inscribir y tuvo que dejar de nuevo el octavo de básica por problemas familiares. Hoy esos límites son un recuerdo. A sus 33 años y con dos hijos es bachiller y vas por más. Quiere ser una nutricionista.

Esteban Chalá tiene 36 años. Abandonó el colegio a los 18, cuando cursaba primero de bachillerato. Su esposa lo incentivó para que vuelva. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Esteban Chalá tampoco quiere conformarse con el título de bachiller. Cuenta que tiene dos razones para empezar la universidad a los 36 años. La primera es que trabaja como asesor comercial y quiere obtener un ascenso. La segunda son sus dos hijos y su esposa, quien -asegura- fue la que lo impulsó a volver al colegio.

No fue fácil, reconoce. “Salía de la casa a la madrugada, llegaba en la noche y me quedaba muchas horas despierto para estudiar. Pero siempre estuvo mi esposa para darme aliento y apoyarme. Gracias a ella pude terminar”.

Cada curso dura cinco meses en esta modalidad. Sandra Moncayo, coordinadora en la Unidad Educativa Juan Montalvo, señala que los estudiantes jóvenes y adultos pueden completar la educación general básica superior (octavo, noveno y décimo) y los tres niveles de bachillerato, en tres años.

Otros programas

-La alfabetización está dirigida a personas de 15 años en adelante, que por razones económicas, geográficas o sociales se encuentran en condiciones de analfabetismo. Este proceso, para completar segundo y tercero de básica, dura 10 meses y es en modalidad presencial.

-La postalfabetización es para personas de 15 años o más, que no ingresaron al sistema educativo o lo abandonaron y requieren culminar la educación básica media. Corresponde a los niveles de tercero a séptimo de básica, que se completan en 20 meses, en modalidad semipresencial.

-Los requisitos para ambos programas: se debe presentar el documento de identidad; en postalfabetización se requieren certificados de promoción.

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Posted by El Comercio on Tuesday, August 2, 2022

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