Imagen referencial. Ayer, 25 de junio de 2017, se anunció la muerte de la primera víctima del juego la Ballena Azul. Autoridades del país buscan endurecer las penas para quienes instiguen al suicidio por medio de redes sociales. Foto: Pexels.
El opositor Frente Renovador de Argentina presentó un proyecto de ley destinado a agravar la pena, por instigación al suicidio, a los propulsores en el país del juego ruso Ballena azul, que se cobró este domingo la vida de un joven de 16 años, informaron hoy (26 de junio de 2017) fuentes partidarias.
Según señaló hoy (26 de junio de 2017) Juan Brugge, diputado encargado de elaborar el texto legislativo, el proyecto, que deberá seguir todavía todo el trámite parlamentario, busca elevar la condena de seis a quince años a las personas que fomenten prácticas de autolesión y suicidio como los “desafíos” que plantea el juego ruso.
“Esta agravación de la pena es posible realizarla porque se trata de un delito que se practica desde el anonimato e involucra a menores de edad”, señaló Brugge.
El menor de 16 años que falleció ayer en un hospital de la provincia de Entre Ríos (noreste) se llamaba Fausto Palavecino y es la primera víctima de este ‘juego’ de la que se tiene conocimiento en Argentina.
Su madre lo había encontrado hace algunas semanas en una “situación desesperante” en su vivienda de la localidad de El Palenque y a finales de mayo, la familia aportó a la Policía fotos y videos del joven en las redes que contenía retos del juego la ballena azul, informó el portal digital Infobae.
El padre del niño, en diálogo con medios provinciales, pidió que los padres controlen a sus hijos en las redes sociales y denuncien ante la Justicia estos actos “para que no sigan pasando”.
En este sentido, Brugge indicó hoy que como “no alcanza sólo con elevar las penas“, el proyecto de ley presentado también “dota a las fuerzas de seguridad a identificar a los instigadores a través de sus dominios de Internet“.
Este juego de 50 ‘desafíos’ que incluye autolesiones y finaliza con el suicidio, ya fue causal de 130 muertes en Rusia, y en Argentina aún no existen cifras oficiales sobre esta materia de difícil control para la Policía y los padres de los adolescentes.