Apodos e insultos son comunes en el aula

Acoso escolar

Acoso escolar

Palabras como ahí viene el "hipopótamo" o el "terremoto", también "gorda fea", "chancho" y "niña" siendo niño. Eso oyen algunos estudiantes con sobrepeso en los planteles del país.

Consultados, 40 niños de 10 a 11 años, de ocho centros educativos fiscales, municipales y particulares, de Quito, respondieron que conocen qué es el acoso escolar o ‘bullying’. Dieron ejemplos de casos que han atestiguado.

Algo muy común es el ataque, de ciertos compañeros a otros que tienen un rasgo físico diferente: peso y talla.

En una actividad extracurricular, relató una niña, a uno de sus amigos, otro le llama "hormiga", "pretende que no lo ve por ser pequeño, una vez incluso lo empujó y él rodó por las gradas de la escuela".

Historias de este tipo compartieron los niños, en una charla, sin más adultos que un periodista. Algunos contaron que a veces intervienen, tratan de defender a los agredidos. En otras ocasiones dicen que las autoridades de sus colegios están al tanto, que les llaman la atención y los envían a psicólogos.

Sus testimonios y experiencias no son casos aislados. Eso se confirma al revisar cifras de "Una mirada en profundidad del acoso escolar en el Ecuador, violencia entre pares en el sistema educativo".

En el estudio se indica que seis de cada 10 estudiantes, de entre 11 y 18 años, afirman haber sido víctima de al menos un acto violento. El acoso se produce cuando se hace contra una misma persona al menos tres veces. El acoso escolar afecta a dos de cada 10 estudiantes.

Las experiencias se repiten de una escuela a otra. En una aula, un alumno siempre le quita la gorra a otro, relató un chico. Al principio parecía un juego, luego empezó a dejar la prenda colgando de un árbol y hasta en un inodoro. "Eso para mí ya es bullying", dijo.

En otro plantel, niños contaron que conocen de alguien que les quita las cosas, obligado por otro. También, que a una chica siempre le dicen que es fea y que por eso llora durante los recreos.

El acoso escolar, según el informe de Unicef, World Vision y el Ministerio de Educación, se daría sobre todo por actos de violencia de carácter verbal y psicológico, antes que por agresiones físicas.

Lo que cuentan los chicos confirma ese dato. Un pequeño relató que en su salón de clase critican a uno de sus compañeros, le dicen que todo lo que hace es "asqueroso". Aunque otros más hagan lo mismo, las ‘bromas’ son para uno. Ese niño llora y las profesoras lo consuelan, a veces.

Las aulas aparecen como el primer escenario donde se produce el acoso. Eso dicen las cifras del estudio: 71,1% en el caso de insultos, y 66,8%, en el caso de golpes. Otros lugares de riesgo son el patio o las canchas, exteriores del centro educativo, pasillos, baños, bar y el transporte escolar.

Dos niñas comentaron que dejaron sus anteriores colegios porque no soportaron las burlas, también que dejaran de hablarles sus amigas.

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