Desde el parque central, corazón del campus universitario, Kevin Reinoso indica a 10 jóvenes qué hay en cada edificio que los rodea. Parado ahí, les señala la facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura; el área de idiomas; tesorería y biblioteca, por donde -les dice- pasarán después.
Caminan hacia la parte frontal de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), que da a la avenida 12 de Octubre, y se ubican frente al edificio administrativo. “Aquí pueden conocer al rector, es un padre jesuita. Ellos fueron quienes fundaron la universidad”, les cuenta el egresado.
Las estudiantes que pasaron a segundo, tercero y cuarto semestre participan en el proyecto ‘Readaptación’, que consiste en un recorrido por las instalaciones, impulsado por Federación de Estudiantes de la PUCE (Feuce).
Está dirigido a los chicos que empezaron su vida universitaria de modo virtual y no conocieron el campus por la pandemia. “Queremos que estén listos para venir a la ‘U’, cuando sea posible”, les dice Yamileth Ortiz, encargada del proyecto.
Avanzan y pasan por el centro cultural, en donde -les explica Kevin- hay un museo. Siguen hacia las torres uno y dos, y les dice que en ellas quedan Medicina y Administración.
Luego, los chicos siguen hacia la Asociación Escuela de Administración. “Aquí pueden hacer deberes, descansar, comer y también tienen una minibiblioteca”, les explica el egresado. A diferencia de otras generaciones, nada de eso lo han vivido con clases desde casa.
Al salir de esa área, los miembros de la Feuce llevan a sus compañeros hacia una puerta de vidrio que permanece cerrada. Es el centro de psicología, a donde -les indican- pueden acudir en busca de ayuda.
Yamileth acerca la credencial que cuelga de su cuello a la puerta y esta se abre. “No tengo esa tarjeta”, se oye entre el grupo. Kevin les pide no preocuparse, “cuando vuelvan a presencial les entregarán”.
El trayecto continúa por facultades, como la de Arquitectura, Ciencias Exactas, el taller de experimentación audiovisual y otros sitios en donde el grupo se entera de las actividades que se cumplen ahí.
Un total de 1 000 alumnos de distintos niveles y carreras se inscribieron para participar en el recorrido. En la sede Quito de la PUCE hay más de 10 000, y más de 2 000 empezaron sus carreras en 2020 y no pudieron conocer su universidad.
Una junto a la otra, caminan por primera vez por pasillos y zonas recreativas. Mientras se acercan a la biblioteca, Valeria Proaño, de Arquitectura, le pregunta a Gabriela Cangui: “¿es real que hay un piso de libros solo para tu facultad?”.
Gabriela, estudiante de Medicina, responde que sí. Ambas empezarán cuarto semestre el 16 de agosto. Asistieron a sus aulas en la PUCE apenas durante dos semanas en el 2020, antes de que la pandemia por covid-19 obligara al cierre.
En las dos semanas que asistió, cuenta Valeria, le preguntaron en varias ocasiones la ubicación de sitios dentro de la universidad. “No tenía idea”.
El martes, Gabriela se enteró que en su misma torre funcionan otras carreras. “Solo conocía los pisos ocho y el 10”. Conversa con Valeria como si se conocieran, pero ese día se vieron por primera vez.
Tampoco han visto a sus otros compañeros. Valeria, por ejemplo, admite que conoce a tres, con quienes se encontró para hacer mediciones y realizar la maqueta de una iglesia.
Ambas hicieron el recorrido junto con Caroline Rodríguez. Ella comenzará primer semestre de Biología y, aunque piensa que será de modo virtual, quisiera asistir a lo presencial.
En el último reporte sobre educación superior, del 9 de julio, el COE Nacional indicó que 37 universidades e institutos pueden hacer uso progresivo de sus instalaciones. De ellas, 26 aplicaron al retorno. Otras, como la PUCE, decidieron comenzar en este segundo semestre del 2021.
Ellos volverán con aforos de hasta el 50%, con modalidad híbrida, priorizando actividades prácticas, dijo Liesel Pérez, directora de Seguridad.
Para eso necesitan estar preparados para la interacción, ya que en los primeros niveles los chicos no se conocen entre ellos, dice Yamileth, de la Feuce. Por ello, también planificaron actividades recreativas.
Antes de despedir a los asistentes, en la cancha, 30 chicos se dispersan alrededor de la mascota de la ‘U’, un oso de anteojos.
No se conocen, pero el juego de balón mano vuelve amigos a Aracely, Stephanie, Daniel, Diana, Doménica, Desireth, Juan, Sebastián y Stuard. Se agrupan a un costado. Otros corren de arco a arco, peleando por el balón. Conversan y se ríen, por primera vez, sin una pantalla de por medio.