Un invento permite ahorro de agua y tiempo para el lavado de tubérculos

Ushca se ingenió el método de poleas y rulimanes para mejorar el proceso de lavado y así llevar el mejor producto a los mercados. Foto cortesía Senescyt

Ushca se ingenió el método de poleas y rulimanes para mejorar el proceso de lavado y así llevar el mejor producto a los mercados. Foto cortesía Senescyt

Un sistema de poleas y rulimanes, además de la ayuda de un motor, hacen que la centrífuga de lavado gire a la velocidad óptima para no estropear los tubérculos. Foto cortesía de Senescyt

El proceso de lavado de los mellocos es una tarea que requiere dedicación y esmero, pero sobre todo, tiempo. Y esto lo sabe bien Ángel Olmedo Ushca, campesino perteneciente a la Federación de Organizaciones Indígenas de las faldas del Chimborazo.

Él explica que tradicionalmente, el proceso de lavado de unos 30 sacos de mellocos requiere del trabajo de 5 personas, todos los integrantes de la familia, durante al menos un lapso de 4 horas.

Ushca se ingenió el método de poleas y rulimanes para mejorar el proceso de lavado y así llevar el mejor producto a los mercados. Foto cortesía Senescyt

En el cantón Guano, este tubérculo es uno de los principales productos que las familias siembran. Tras el proceso de cultivo, gran parte de la cosecha es llevada a las zonas urbanas de Riobamba o a Quito para su comercialización. El lavado es fundamental, porque si la gente ve mellocos sucios en el mercado, no los llevan.

Ante esta realidad, Ushca se ingenió un mejor método para mejorar el proceso de lavado y así llevar el mejor producto a los mercados. Además de dedicarse a la agricultura, él es técnico en reparación y mantenimiento, y con sus conocimientos, él tuvo la idea de crear una máquina que facilite el proceso de lavado.

Este aparato funciona con un motor de baja revolución, para evitar que el giro de la maquinaria dañe los mellocos. Foto cortesía Senescyt

El cuerpo principal de este dispositivo está compuesto de un cilindro de 150 centímetros de largo por 60 centímetros de diámetro, mismo que gira sobre su eje central, dentro del cual se encuentra una cañería que distribuye agua al interior. El perímetro de este cilindro está conformado por una malla, que evita la caída de los mellocos durante el proceso de lavado, que consiste en el paseo de los tubérculos de un lado al otro de la máquina.

Este aparato funciona con un motor de baja revolución, para evitar que el giro de la maquinaria dañe los mellocos. Sin embargo, puede funcionar con una manivela para llegar a aquellos lugares donde no hay una provisión de energía asegurada.

Gracias a esta invención, el trabajo se ha optimizado; el ahorro de agua para el lavado es de un 50%, y el tiempo de trabajo se ha reducido en un 80%. Y eso no es todo: el agua que se usa en el dispositivo puede ser reutilizada posteriormente, para el regadío de otros cultivos.

Por este diseño, Uscha recibió un reconocimiento de la Fundación Heifer Internacional, y obtuvo el segundo lugar en la categoría Manejo de agua para riego de Agroazuay.

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