Los ojos del oso de anteojos brillan como si tuviera vida. Aunque está disecado, conserva su pelaje negro. Está en el área de vertebrados del Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales, un espacio en Quito para adquirir conocimientos sobre medioambiente.
Los 1 000 visitantes que acuden cada mes reflexionan sobre la protección a las especies en peligro de extinción.
Junto al oso hay un tigre de Bengala que fue donado por el zoológico de Guayllabamba, tras su muerte. Fue rescatado de un circo donde era maltratado.El zoológico también se ha convertido en un aula de aprendizaje. En una granja, los niños interactúan con animales de corral, los alimentan y les dan de beber agua. Este líquido es una preocupación de los niños que visitan el Museo del Agua, en el Centro Histórico. Ahí se aprende a utilizar el recurso de forma sustentable. En el Museo de Ciencia, en el sur de Quito, en cambio, se ve cómo el agua sirve para la generación de energía eléctrica. En este espacio también se aprende sobre los derechos de la naturaleza y sus animales, como el oso de anteojos.
Los derechos de la Tierra se defienden en el MIC
Cubos de colores, módulos interactivos, pantallas táctiles y videos ilustrativos se usan en el Museo Interactivo de Ciencias (MIC) para socializar los derechos de la Tierra y la naturaleza.Ecuador reconoció a la naturaleza como un sujeto de derechos en la Constitución, aprobada en Montecristi, en el 2008. Y, a través de la exposición Todos somos uno, los visitantes conocen el alcance de este reconocimiento.
El MIC cuenta con un área donde se simula un recorrido por el interior de la Tierra. Así los niños y adultos conocen y proponen iniciativas para proteger el medioambiente.
Las personas que visiten el museo pueden contribuir con la campaña de reciclaje Dando y Dando. En lugar de pagar el costo habitual de la entrada se puede llevar botellas plásticas y papel para reciclar. Pronto se abrirá la exposición “Riesgollakta”, sobre gestión de riesgo.
El zoológico enseña sobre animales en peligro
Las tortugas permanecen con la cabeza dentro de su caparazón durante meses, luego de ser sacadas de su entorno natural.El estrés al que se ven expuestas en las ciudades, incluso, provoca que dejen de comer y mueran de forma lenta. Estos animales, así como otros que están en peligro de extinción, se conocen en el zoológico de Quito.
Existen más de 220 animales, entre tapires, loros, monos, tigrillos, cóndores, aves rapaces, etc. También existe un área donde se muestran ranas marsupiales.
Este sitio, además, tiene una granja para niños, entre 7 y 10 años, en donde aprenden qué tipo de animales pueden ser domesticados y cuáles no .
Para valorar los entornos, el zoológico tiene un sendero de bosque seco. Allí se explican las adaptaciones que han sufrido los habitantes de este bosque y cómo han sobrevivido con mucho sol y poca agua dulce.
En el Yaku se aprende a ser un guardián del aguaLos niños imaginan que son ríos, lagos o agua de ciudad en el Parque-Museo Yaku, en el sector El Tejar. Cruzan por tubos gigantes, tanques y resbaladeras para simular el recorrido que hace el agua, desde los páramos hasta los grifos de cada casa en Quito.
La actividad sirve para reflexionar sobre el correcto uso doméstico, industrial, agrícola y energético de este recurso.
Los niños se comprometen a ser guardianes del agua poniendo en práctica actividades cotidianas como cerrar el agua mientras se cepillan los dientes y el no excederse en el tiempo que emplean para ducharse.
El museo cuenta también con una sala de burbujas donde se juega con ellas. Al mismo tiempo se aprende los principios moleculares que permiten “estirar la piel” del agua.
El próximo miércoles conozca los espacios para el avistamiento de aves.