El Fog computing se encarga de reducir el caudal de datos. Foto: Datasciencecentral.com
La pandemia y el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) han acelerado la implementación de sistemas de procesamiento de datos en el sector tecnológico. El fog computing es una de las soluciones que permite que los datos, que se generan en dispositivos como computadores o teléfonos, no se carguen directamente en la nube sino que se preparen primero en centros de datos descentralizados más pequeños.
El objetivo de la computación en la niebla es reducir el caudal de datos en redes externas, además de acortar las vías de comunicación entre la nube y los dispositivos.
Andrés Zules, ingeniero informático, puntualiza que el fog computing es una arquitectura que evita acceder a un gran data center para compartir información entre dispositivos cercanos. El experto ejemplifica: “en vez de hacer una búsqueda que se dirija a un data center de Google, en Estados Unidos, la información se envía a un pequeño computador ubicado en el propio país”.
Apoyándose en el procesamiento de la información cerca de la fuente, la computación en la niebla logra reducir el tráfico de datos. Zules explica que el fogging es realmente una antigua arquitectura de computadores, surgida en los años 70 del siglo pasado.
Hasta hace pocos años se la llamaba unidad de tiempo compartido. A través de ella las personas se conectaban a una oficina que les ofrecía un pequeño data center. No necesitaban un computador, solo una pantalla y un teclado. El concepto, que casi había quedado en el abandono, resurgió con fuerza ante la vigencia y el crecimiento del IoT y la transmisión de datos por la implementación del 5G.
Según un estudio publicado por la empresa tecnológica Cisco, el IoT ya conecta a alrededor de 50 mil millones de dispositivos en todo el mundo, como televisores, refrigeradores, asistentes electrónicos, entre otros. Estos generan gran tráfico de datos que se guardan, analizan y preparan para su procesamiento.
El mayor aporte del fogging es descongestionar tanta información gestionando los datos cerca del usuario. La proximidad de esta tarea hace que exista menos información en tránsito. Al no viajar los datos a lejanos data centers se acorta el tiempo de latencia dentro de una red, es decir, será menor la suma de retardos de tiempo que se suelen registrar en la transmisión de información. La latencia provoca, por ejemplo, desfases entre audio y video, o imágenes pixeladas.
El camino más corto ayuda también a mejorar la seguridad en la transferencia de datos, porque quienes pretendan intervenir en la transmisión, tendrán la dificultad de hacerlo en un trayecto menor. Así es más fácil encriptar los paquetes de datos y evitar vulnerabilidades.
Para el tecnólogo informático Antonio Gómez, otro punto destacable del fog computing, en comparación a la computación en nube, es la posibilidad que tiene de funcionar offline. Una aplicación práctica de esta tecnología se encuentra en la domótica, que no dependerá de que una casa inteligente esté conectada a la web para ofrecer soluciones simples, como encender las luces al abrir las puertas o activar una barredora automática cuando no haya gente.