Dos personas resultaron heridas en el sepelio de la cantante Sharon en el Cementerio Parque de la Paz de Durán, que al final degeneró en desorden y que contó con la concurrencia de unas cuatro mil personas.
El cortejo fúnebre, que había partido una hora y media antes desde el Coliseo Luis A. Raffo de Durán llegó a las 12:46 al campo santo, que ya lucía copado por un público que se mantuvo en el sitio a pesar de la pertinaz llovizna.
Un adolescente terminó con una pierna afectada, presumiblemente fracturada, cuando la Policía intentó cerrar la puerta a la multitud que acompañó el féretro. Pero poco después los uniformados tuvieron que abrir la reja para evitar el aplastamiento de los fanáticos, algunos menores de edad.
Incluso una policía, Johanna Monard, terminó con síntomas de asfixia, luego de caer y ser aplastada por la multitud. Luego la uniformada recobró el ánimo.
Mientras que un hombre cayó de un bloque de bóvedas, de más de tres metros de altura. El fanático accidentado salió en una camilla, gritando de dolor y con un collarín.
Decenas de seguidores subieron a dos bloques de bóvedas con el afán de ver las incidencias del entierro de la diva de la tecnocumbia.
El padre Segundo Vargas, que había oficiado la misa de cuerpo presente en el Coliseo, recordó que Edith Bermeo –el verdadero nombre de la artista- creció y fue catequista en Durán.
El sacerdote dirigió también el servicio fúnebre y le dio la última encomendación y el adiós a los restos de la cantante, entre lágrimas de los deudos y gritos de los fanáticos que se aglomeraron en torno al rito de la sepultura. “Queremos justicia, queremos justicia…”, coreaban los fanáticos.
Así, entre flores, fotos, aplausos y canciones los familiares, amigos y fans se despidieron de la artista quien falleció en un confuso accidente de tránsito la madrugada del domingo 4 de enero.