El modelo de falsificación y piratería china busca que los usuarios experimenten todos los servicios que ofrece el mundo digital moderno a bajos costos. Foto: AFP
Adibon, Samsung, Konkla, iPhone, Soniac… Tan grande como el ingenio es la cantidad de marcas que aparecen cobijadas bajo el modelo de desarrollo Shanzai, enfocado a copiar los modelos de grandes compañías como Apple o Samsung, pero añadiendo cambios que permiten que el usuario tenga nuevas experiencias frente a lo tradicional.
Y sí, mientras muchas marcas tecnológicas apuestan por teléfonos inteligentes de gama alta, televisores de ultra alta definición o computadores extremadamente livianos, cuyos precios son excesivamente costosos, estas otras marcas buscan satisfacer las necesidades inmediatas de los usuarios ofreciéndoles dispositivos de bajo costo y con un impacto positivo en su vida diaria.
Porque la cuestión no solo es acceder a ingeniosos productos sino insertar al usuario en una sociedad que demanda conocimientos tecnológicos específicos (como el manejo de una laptop o el control de un sistema de forma remota).
Sin embargo, muchas veces estos productos no logran entrar en los escaparates de los grandes centros comerciales de la ciudades. Así, la clandestinidad es el sello de garantía para su compra efectiva. Es por ello que mientras una persona logra comprar un Samsung Galaxy S5 de 16 GB por no menos de USD 500, en La Marín, una de las mecas para productos shanzhai de Quito, se puede conseguir un Sansung S5 por unos USD 300 y con la ventaja de que este se puede conectar a la radio y TV locales (una característica eliminada por la marca surcoreana).
Unos kilómetros más arriba, sobre la calle Imbabura y detrás del convento de San Francisco, Paul Chamba ofrece algunos modelos Soniac, entre esos unos Xperia muy similares a los de Sony, los cuales tienen memoria de hasta 120 GB, pantalla ‘flip’ y táctil y que no sobrepasan los USD 400.
Su sistema operativo es Android y su manejo resulta de lo más sencillo. No hay guías en mandarín, ni siquiera en inglés, ya que, como comenta su vendedor, quien estudió ingeniería informática, estos productos fueron diseñados para satisfacer al mercado latino. Con ello, los productos Shanzhai parecen haber dado un paso, más allá del mundo asiático.
Popularmente, alrededor del planeta, todo lo que parezca Shanzhai es asociado con conceptos de baja calidad y mal rendimiento. Sin embargo, el desarrollador Alexis Cabrera, especializado en nanotecnología, explica que detrás de un iPhone, por ejemplo, se encuentra toda una maquinaria de investigación para que las creaciones luzcan como los originales pero que difieran sustancialmente de éstos.
Solo de este modo, cuenta, han conseguido patentes y otros reconocimientos que los han posicionado a escala internacional e, inclusive, a presentar campañas publicitarias dentro de competencias deportivas de alto rendimiento. Una muestra de dio entre 2011 y 2012 cuando Adivon, con productos similares a los de Adidas en sus inicios, estuvo presente en las vallas comerciales de los partidos de la NBA.
El éxito de los productos shanzhai va más allá de poner al alcance de todos las novedades del momento. En una era donde crece con rapidez el estrés tecnológico, aquel provocado por la excesiva o escasa manipulación de hardware o software, esta clase de productos se perfilan como los idóneos para controlar la ansiedad que causa la tecnología en sus dependientes.
Para la psicóloga Andrea Garrido, una geek que descubrió su pasión por la tecnología tras vivir por casi diez años en China, los shanzhai están convirtiéndose en un eficaz método para las personas con problemas de ansiedad tecnológica.
Ella comenta que en el gigante asiático, por ejemplo, la incidencia de este tipo de afectaciones es menor, ya que la gente tiene acceso a las tecnologías de la ciencia y la información. Con más ‘gadgets’ a la mano, siente que los especialistas dejan de preocuparse por uno de los males recurrentes de las sociedades del siglo XXI.
Así, entre el desarrollo y la satisfacción de necesidades, lo shanzhai se convierten en el camino más rápido para acercar a todos a las tecnologías
del momento.
Celulares
Samsung es una de las marcas favoritas en el mercado asiático para su falsificación debido a la popularidad de sus productos y la facilidad con la que los piratas tecnológicos logran emular sus servicios.
Tabletas
El iPad es uno de los dispositivos con mayor número de copias falsas en el mercado shanzhai. Para reconocerlos, los expertos recomiendan que se mire que en su parte posterior no diga ‘Made in China’.
Computadores
Babiken se ha convertido en una de las marcas de laptops más populares de Asia, ya que ofrecen una rápida capacidad de procesamiento a bajo costo. Algunos de sus diseños transitan entre HP y Sony.
Zapatería
Adivon y Adidas se han convertido en principales competidoras de calzado en la parte sur de Asia. La fama de la primera ha ayudado, inclusive, posicionarla entre los compradores norteamericanos.
Arquitectura
La Sydney Opera House es una de las construcciones arquitectónicas que se replicaron en China como parte del modelo de producción shanzhai. Ahora existen réplicas de pirámides y de esfinges.