La fe al Señor de los Milagros es inquebrantable en la parroquia Cumbe del cantón Cuenca. Cada año, los habitantes de los barrios 24 de Mayo y Tres de Noviembre veneran a su Patrono durante dos semanas: una en enero y otra junio.
“He tenido tantas operaciones y el Señor de los Milagros me ha curado, a mi esposo y a mis hijos les ha bendecido con salud y trabajo, he rezado y mis nietos se han curado”. Es el testimonio de María Villa, del barrio 24 de Mayo.
Como ella, cientos de devotos cumbeños veneran a la Imagen de Cristo crucificado. Hay priostes que llegan del exterior para agradecer por los favores recibidos.
Son ocho priostes. Ellos, entre sus conocidos, nombran cristeras, guías, floreras y pendoneras. Se encargan de llevar las imágenes, los palmos, las flores y los estandartes. En la procesión, que llega al parque central de Cumbe, las mujeres visten elegantes blusas, polleras, chalinas y sombreros. Los hombres lucen ternos.
Según Xavier Zhingri, prioste principal, es una tradición religiosa y cultural de sus antepasados y la idea es mantenerla. Durante los 15 días, cada prioste mata un toro y unos 200 cuyes para servir a los invitados. El sábado pasado, fue el último día de fiesta.
Ximena Morocho, quien desde niña ha participado en comparsas y ha sido prioste, comenta que las fiestas se inician y se terminan con las bandas del pueblo. En los festejos hay shows artísticos, bailes de la vaca loca y de la escaramuza, quema de castillos.