Mestizos y miembros de las comunidades trabajan en el equipo técnico del programa. Foto: Cortesía Selva Viva
Amador López es un argentino-chileno que vive en el Ecuador desde hace más de 30 años. Realizador y productor audiovisual, hace ocho años viajó hasta Pastaza para hacer un documental sobre la zona y en cuestión de seis meses ya se había mudado a la ciudad, atraído por el clima y un ambiente de tranquilidad.
Pero otra razón que incidió en su decisión fue la oportunidad de seguir desarrollando otros productos audiovisuales sobre la diversidad étnica y cultural de la región. Su trabajo se convirtió en una serie de documentales con los que hace tres años participó en un concurso convocado por el canal público Ecuador TV. Su propuesta fue seleccionada para producir una serie de televisión y así arrancó la primera temporada de Selva Viva.
Con tres años de trabajo y una tercera temporada al aire, que se reprisa los domingos a las 07:00, ‘Selva Viva’ se ha consolidado como un programa semanal, de alcance nacional, bajo un formato de telerrevista con segmentos educativos, informativos y de entretenimiento.
Sin embargo, uno de los elementos distintivos del programa es su contenido, enfocado en la difusión de la cosmovisión, costumbres, tradición oral y la expresión artística y cultural de los pueblos y nacionalidades amazónicas.
Otro de los objetivos que persigue López es que la serie se convierte en un aporte a la preservación del patrimonio cultural tangible e intangible del país. Para eso se diseñó un esquema que divide el programa en cinco segmentos dedicados a la difusión de mitos y saberes ancestrales en lengua originaria con subtitulaje en español, otro que aborda experiencias de emprendimiento y turismo comunitario, un tercer espacio está dedicado a la difusión del arte. También se produce un diccionario bilingüe kichwa-español que se presenta dos veces durante el programa.
Lo que comenzó como una producción independiente se ha transformado en un colectivo pluricultural y multiétnico que se ha constituido en un espacio de formación, aprendizaje y participación de los pueblos y nacionalidades de la región que trabajan en el desarrollo de contenidos.
Frente a cámaras está, por ejemplo, Jade Gualinga, una joven presentadora kichwa de la comunidad de Sarayacu y Rafaela Guevara, una presentadora mestiza de ascendencia indígena.
Pero además del asistente de producción y el camarógrafo, otros indígenas son parte de las dramatizaciones que se graban a partir de relatos compartidos por los ancianos de las comunidades.
López quiere seguir trabajando en la creación de contenido intercultural, ahora con un programa de turismo.