Danza, música y coros se combinan en la obra ‘Saraguro. La historia de Toa y Manco’. Foto: Cortesía Lojadanza
El origen, costumbres y tradiciones del pueblo kichwa Saraguro son parte de un ensamble que reúne a más de 140 artistas en escena. La obra fue escogida entre más de 200 postulaciones para ser parte de la agenda oficial del Festival de Artes Vivas de Loja 2018.
‘Saraguro. Historia de Toa y Manco’ es una narración sobre un joven que decide dejar su pueblo y a su prometida para buscar su propio destino en la gran ciudad, lo que causa consternación en la comunidad. Al llegar, se da cuenta que le cuesta encajar, y en medio de visiones siente el llamado de sus ancestros, por los que redescubre sus raíces, que lo llevan de regreso a su tierra, donde es recibido en medio de una fiesta.
Aura Ocampo, productora general, asegura que la obra surge de la necesidad de generar un proyecto escénico con identidad lojana.
La productora explica que el proyecto se puso en marcha como una posibilidad de integración intercultural, regional e institucional. La convocatoria atrajo a músicos, coreógrafos, vestuaristas, técnicos, escritores y otros profesionales de varias regiones, así como a líderes y bailarines saraguros.
En la obra participan la Orquesta Sinfónica, Coro Integrado UTPL, Grupo Temporal del Municipio de Loja, Danza Contemporánea UTPL, Grupo Inti Wamprakuna de Saraguro y Lojadanza.
La obra -dividida en un prólogo, dos actos y un epílogo- está inspirada en la banda sonora del filme ‘Saraguro, historia con sangre inka’, del director lojano José Paúl Moreira.
Al ver la película, Luis Eduardo Gómez se convenció de que la música compuesta por Leonardo Cárdenas tenía potencial para ballet y empezó a desarrollar la dramaturgia, mientas Andrea Vela se hizo cargo de la dirección musical.
El proceso incluyó una etapa de investigación con la colaboración del maestro Paco Salvador y la apertura de las comunidades Ilincho y Tuncarta, del cantón Saraguro.
El coreógrafo Marlon Leiva Granda explica que la obra se planteó como una pieza de ballet etnocontemporáneo, interpretado por 35 bailarines.
El elenco está integrado por 12 bailarines saraguros y 23 de Loja y Cuenca. La fusión de ambos elencos, dice Ocampo, fue posible gracias a un taller-residencia de dos meses. Leiva explica que, durante ese tiempo, se trabajó en la interpretación de las danzas tradicionales andinas con los códigos de la danza contemporánea.
Pepe Rosales, del Ballet Nacional de Ecuador, concibió un vestuario que se adapte al lenguaje corporal de la danza contemporánea, pero que al mismo tiempo conserve las formas, texturas, colores y simbolismo de los trajes tradicionales saraguros.
En escena, ‘Saraguro’ se proyecta como el resultado de un espacio de trabajo creativo y colectivo, dice Ocampo.