El saraguro seca el maíz con la práctica de la wayunka

La wayunka es una práctica ancestral del secado del maíz de los saraguros, en Loja.

La wayunka es una práctica ancestral del secado del maíz de los saraguros, en Loja.

La wayunka es una práctica ancestral del secado del maíz de los saraguros, en Loja. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO

Tras la cosecha empieza el secado del maíz. Esa tarea se cumple en las comunidades indígenas de Saraguro con la técnica ancestral denominada wayunka, que es una palabra kichwa que significa colgar.

La wayunka empieza a finales de julio, después de la celebración del Sara Raymi, que es una fiesta dedicada a la cosecha del maíz que se celebra en las comunidades de Lagunas, Oñacápac, Tuncarta, Quisquinchir y Tambopamba.

Rosa Ambuludí, de 70 años, cosechó por una semana con su esposo Luis Minga, una hectárea de maíz; sus siete hijos los ayudaron en la wayunka.

Esa tarea consiste en levantar –en cada maíz– el pukín (hojas secas) hasta la parte superior y de allí se atan las mazorcas con sus propias hojas. Se colocan en grupos de seis u ocho unidades, considerando su tamaño y la variedad.

Luego las wayunkas se cuelgan en las sayas, que son varas de madera colocadas en forma horizontal y que están ubicadas entre las vigas de las habitaciones o corredores de las casas de adobe y bahareque.

La intención es que las mazorcas tengan mejor ventilación y evitar que se dañen por la humedad o cualquier plaga, dijo Ambuludí.

A María Medina, de 80 años, sus padres le contaron que fueron los incas quienes idearon esta técnica para proteger y guardar la producción, y consumirla durante todo el año.

En la actualidad, en la mayoría de portales de las viviendas penden las wayunkas con los maíces de tonalidades amarillas y rojas. Eso llama la atención de los visitantes.

Otros, como las familias Sarango, González, Guamán, en las comunidades de Tuncarta y Tambopamba, siguen en el atado de las mazorcas. “Es una tarea que toma tiempo, porque antes se selecciona el tipo de grano”, señaló Luis González.

Cuando hay excedente, las mazorcas pequeñas se depositan en una especie de camastros (llamados soberanos), ubicados junto al techo de las casas, explicó Polivio Minga.

Otra forma de almacenar las wayunkas es en un palo ramificado denominado llazhu, que se coloca de forma vertical en los ángulos de los cuartos de las viviendas. “Son métodos de conservación de las cosechas”, contó Minga.

Por lo general,el grano está totalmente seco en tres meses. Luego retiran las wayunkas para desgranar y preparar los alimentos, de acuerdo con la necesidad familiar.

Para conservar las semillas colocan wayunkas seleccionadas (de buen grano) cerca de la cocina de leña, con la finalidad de ahumarlas y evitar la entrada de gusanos o plagas, pues el hollín las vuelve amargas, dijo Minga.

Otra técnica de conservación –aunque menos utilizada–
es la elaboración de la chuchuka. Consiste en cocer parcialmente el maíz fresco y luego ahumarlo o exponerlo al sol. Así se conserva por varios meses, señaló Minga.

Ese maíz lo utilizan para preparar tortillas o se consume a diario como mote.

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