La práctica constante del yoga trae innumerables beneficios físicos y mentales. No es necesario internarse en las montañas de la India para comenzar a experimentar los beneficios de años de sabiduría concentrados en esta práctica.
El instructor Joel Sandoval, entrenado en la India y Australia en esta práctica, recuerda en una de sus sesiones aquello que los animales realizan más durante el día: estirarse. Por ello, siguen conservando sus habilidades físicas hasta los últimos años de vida.
De la misma manera, los estiramientos realizados en el yoga, inicialmente concebidos para lograr un estado óptimo para la meditación, mantienen al cuerpo en forma óptima hasta los últimos años de vida.
Científicamente, el estiramiento de las articulaciones acompañado de respiraciones produce óxido nítrico, que contrarresta el cortisol y los agentes tóxicos que provocan el estrés y la degeneración celular.
Las posiciones realizadas en una rutina proporcionan resistencia muscular, flexibilidad, ampliación de la capacidad respiratoria y mejoras en la circulación sanguinea.
Mitos, realidades y requisitos
Para realizar yoga únicamente se necesita disposición, ropa cómoda y una superficie que sea gentil pero firme con el cuerpo.
Normalmente se recomienda el mat o estera de yoga, realizada de un suave material parecido al foami llamado PVC, que aporta firmeza, algo de suavidad y evita que manos y pies se resbalen.
Sin embargo, muchos de quienes realizan esta práctica en parques o jardines utilizan toallas, esteras cubiertas con tela e incluso colchonetas.
La ropa debe ser cómoda para que la persona pueda concentrarse en la práctica y no piense en que las medias aprietan, la blusa se sube o el pantalón se baja.
La contextura del participante no es una limitante. Personas gordas, delgadas, altas, bajas, hábiles o no pueden hacer yoga. Lo importante es adaptarse a su nivel actual e ir progresando a medida que se hace habitual la práctica.
Es recomendable consultar al médico antes de iniciar tanto en el yoga como en cualquier otra práctica física.
Los beneficios son visibles desde la primera práctica, y con el paso de las semanas las aparentes limitantes comenzarán a disolverse.
De esta manera, el yoga ayuda a desarrollar confianza a quien lo realiza: ayuda a eliminar el sobrepeso, aumenta las habilidades motoras y la flexibilidad, mejora la capacidad respiratoria y por ende la resistencia a lo largo del día y optimiza la concentración, influyendo en el desempeño laboral y académico.
Yoga para niños
Varios instructores y centros de yoga comenzaron a ofrecer esa práctica orientada a niños.
Sandoval alerta que los más pequeños, debido al actual estilo de vida, comienzan a perder la flexibilidad a edades muy tempranas.
Con desagradable sorpresa comenta que apenas uno o dos niños al principio de las sesiones es capaz de tocar el piso con la palma de las manos sin flexionar sus rodillas.
El yoga para niños no solo los mantiene en óptima forma física, sino que permite canalizar problemas como los ataques de ira, la depresión o la hiperactividad.
Igualmente, los ayuda a desarrollar confianza y a entrar en conciencia de sus capacidades motoras.
Así, existen también prácticas especializadas para embarazadas, personas de la tercera edad y atletas, quienes encuentran en el yoga una manera de mejorar su rendimiento.