Xavier Torres: 'Mi discapacidad me hizo nacer otra vez'

'Mi discapacidad me hizo nacer otra vez'

'Mi discapacidad me hizo nacer otra vez'

Hoja vida de Xavier Torres: Empezó como socio de la vieja Aso. de Parapléjicos del Ecuador. Dirigió Fenedif, es Vicepresidente de Conadis .

Punto de vista: Todos algún momento tendrán una discapacidad, por la edad.

La frase: "En la rehabilitación me hacían trabajar ocho horas diarias, como si me preparara para una competencia".

A los 26 años, Xavier Torres fue parte de un incidente de violencia intrafamiliar. Su cuñado le disparó en cinco ocasiones, luego mató a sus dos hijos y se suicidó. Su familia lo envió a Cuba. El hoy Vicepresidente del Consejo Nacional de Discapacidades esperaba rehabilitarse, pero allá le dieron la noticia de que no volvería a caminar. Hoy habla a propósito del Día Internacional de personas con discapacidad.

¿Es más difícil aprender a vivir con una discapacidad que nacer con ella?

No lo sé. Yo solo puedo contar que en Cuba fueron directos conmigo, me hicieron una evaluación y me dijeron: Chico, tú no volverás a caminar, tienes que empezar una nueva vida activa, acoplándote a tu discapacidad. La lesión medular era severa, casi una tetraplejia, uno de los disparos fue a nivel de la cervical y hubo una onda expansiva que me dejó sin movimiento en los brazos. Ocho meses después de eso moví las manos.

¿Cómo asimila un joven de 26 años esa noticia, a veces siente ganas de caminar?

Es un golpe difícil de asimilar. Te cambia el mundo, te quedas prácticamente como un recién nacido, no controlas esfínteres, tienes que usar pañal, pues te haces pipí y comienzas a aprender a vivir. Al principio, en las noches, tenía sueños profundos, como que caminaba, como que podía mover las piernas, pero me veía acostado.

¿Cómo logró reaccionar y convertirse en un dirigente incluso de las personas con discapacidad?

Estudié en la Academia Militar del Borja 3 y fui dirigente estudiantil. Tenía fe en Dios y un carácter fuerte. Pero me ayudó mucho la rehabilitación, recuerdo que en Cuba le escribí una carta al presidente ­Fidel Castro contándole mi situación y me contestó. El Gobierno de ese país costeó mi rehabilitación .

¿La rehabilitación física le fortaleció?

Recuerdo que en la rehabilitación me hacían trabajar ocho horas diarias, como si me preparara para una competencia. Hacíamos ejercicios en el piso, con otros lesionados medulares, en un gimnasio sin aire acondicionado, a 45 grados de temperatura. Tenía amigos de Panamá, Nicaragua, Honduras, de varias edades. Había una niña de 12 años.

¿En algún momento, quien adquiere una discapacidad se deprime por su situación?

Sí, al verme mal, uno de mis rehabilitadores, Alberto, me dijo: 'Te voy a enseñar lo que es la vida'. Me llevó en una ambulancia al Hospital Julito Díaz, un centro que era como de aulas prefabricadas, pero más grandes, largas de 13 metros. Había camas de un lado y otro, con víctimas de la guerra, amputados, personas sin brazos, sin piernas, solo con el tronco, incluso sin orejas.

¿Volvió a nacer?

Claro. Con esos casos me sensibilicé y aprendí que mi discapacidad era ameba, no era nada, en relación a otras. Tenía mis piernas, brazos, podía pensar, escuchar, estaba joven. Me acababa de enterar que mis sobrinos habían fallecido, pero sentía que no podía decaer.

Usted trabajó con Lenín Moreno, exvicepresidente de la República, en el programa Ecuador sin Barreras. ¿Qué barreras se mantienen en Ecuador para las personas con discapacidad?

Las personas con discapacidad aún son estigmatizadas. Pocos se dan cuenta de que todos tendrán una discapacidad en algún momento de su vida. Te llegan los años y caminas más lento, se deteriora tu salud, ves menos.

¿Por qué cree que la sociedad aún no acepta las capacidades diferentes que puede tener alguien?

Aún escucho que la gente dice quiero que mi hijo estudie en una escuela que sea normal. Aunque hay compañeros que creen que se les debe dar la razón siempre, solo por tener una discapacidad.

¿Cuánto se ha avanzado?

El país ha cambiado en la forma de ver a esta población. El Presidente de la República no puso el límite a la inversión para las personas con discapacidad. Hace seis años para este tema se asignaban USD 3 o 4 millones al año, hoy son 134 millones al año. Hay un compromiso.

¿Cuál es el objetivo de tener una agenda con temas de discapacidad, que presentaron el lunes?

La Agenda de Igualdad y Discapacidad nos proyecta hasta el 2017. Son 12 ejes y componentes con toda la política pública en educación, prevención, salud, turismo, recreación, participación ciudadana… Esta dice quiénes deben ejecutarla y los plazos. Debemos vigilar que se cumplan.

¿Por qué no se ha expedido el Reglamento de la Ley de Discapacidades? ¿Eso perjudica a unas 300 000 personas con discapacidad?

No, tenemos la ley. El Reglamento solo viabiliza algunos temas y da potestad a las instituciones. Ahora ya es posible beneficiarse de tarifas preferenciales en servicios básicos, Internet, transporte…

¿Aún está pendiente el tema de jubilación?

Sí, está pendiente la jubilación y el seguro voluntario. El arquitecto (Fernando) Cordero, que ahora dirige el IESS, presidió la Asamblea cuando se aprobó la Ley de Discapacidades. Está comprometido con el tema. La gente debe saber que si alguien se jubila por invalidez, que no restringe la edad, tampoco podrá tener una pensión completa, será menor. Están trabajando en esas regulaciones.

Ud. conduce un auto y se mueve en silla de ruedas. ¿Qué tan amigable es el país?

Hemos progresado en un 60% en varios temas, pero nos falta tener un transporte accesible.

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