La fiebre amarilla es una enfermedad endémica en 47 países del mundo, 33 de África y 19 de América Latina. Foto Referencial: Pixabay
Más de 15 millones de personas se vacunarán antes de septiembre de 2016 en Angola y la República Democrática del Congo (RDC) contra la fiebre amarilla, una cifra sin precedentes, en un intento de atajar el brote que afecta a la región y en el que se han infectado casi 5 000 personas y muerto más de 400.
“En total, en unos pocos meses, habremos vacunado a 30 millones de personas, quince en seis meses y quince más en los próximos dos meses. Esta cifra no tiene precedentes, pero son las dosis necesarias para atajar la enfermedad y evitar que se expanda tanto en esos países como internacionalmente”, afirmó Bruce Aylward, director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Desde que el brote comenzó en Luanda a mediados de diciembre del 2005, se han detectado 3 500 casos sospechosos en Angola, 876 de ellos confirmados en laboratorio y 355 infectados murieron. En la RDC, se han detectado 1 300 casos, 68 confirmados (59 de ellos importados de Angola), y 75 fallecimientos.
Además, otros dos países han confirmado casos importados de esas dos naciones africanas: 11 casos en China y 2 en Kenia, a pesar de que existe la regulación de que toda persona que entre en un país endémico no debe entrar a menos que tenga el certificado de vacunación.
La fiebre amarilla es una enfermedad endémica en 47 países del mundo, 33 de África y 19 de América Latina, con un total de unos 900 millones de habitantes, y su índice de mortalidad puede alcanzar el 50 por ciento.
Desde hace más de 60 años existe una vacuna, por lo que la dolencia ha estado relativamente controlada desde hace decenios.
La diferencia esta vez es que el brote comenzó en una ciudad muy poblada, por lo que no sólo se ha transmitido muy rápidamente, sino que es muy difícil controlar la expansión del virus.
La enfermedad la transmite el mosquito aedes aegypti, el mismo que inocula el dengue, el zika y el chikungunya.
“El virus es endémico en los simios, normalmente las personas que viven en las zonas rurales se infectaban, la enfermedad se detectaba, se llevaba a cabo una campaña de inmunización y el brote se controlaba.
Esta vez ha sido diferente, el perfil epidemiológico ha cambiado, ha surgido en la ciudad y por lo tanto nuestra respuesta debe ser distinta”, agregó Aylward.
La OMS, en coordinación con los cuatro fabricantes de la vacuna y con la entidad que gestiona la Reserva Mundial de Vacunas contra la Fiebre Amarilla (formada por la OMS, Unicef, Comité Internacional de la Cruz Roja y Médicos sin Fronteras) han puesto en marcha el plan de vacunación masiva.
Más de 15 millones de personas serán inmunizados, algunos con la dosis completa y otros con un quinto de la dosis regular, cantidad considerada suficiente por el Grupo de Expertos sobre Inmunización de la OMS (SAGE) que estableció recientemente que esa fracción podía poder proteger a una persona durante al menos un año.
Aylward explicó que seguramente las personas que viven en la ciudad serán los que reciban un quinto de la dosis por la simple razón de que hay más densidad de población y por lo tanto más capacidad de reunir a cinco personas y no desperdiciar producto.
Precisamente, uno de los escollos que aún no ha sido solventado pero que está en proceso de serlo es la disponibilidad de agujas lo suficientemente pequeñas para inocular la cantidad determinada.
El experto dijo que seguramente se usarían las jeringas usadas para inocular la vacuna contra la tuberculosis.
De los quince millones, 8 millones se distribuirán en Kinshasa; 3 millones en el lado congoleño de la frontera entre RDC y Angola; 1,3 millones en el lado angoleño del borde; y 3 millones en el interior de Angola.
Aylward destacó que Brasil ha entregado 2,5 millones de dosis de sus propias reservas para ayudar en el esfuerzo de controlar el brote.