Roche logra que terapias con anticuerpos lleguen al cerebro

Científicos de la unidad biotecnológica de Roche Holding AG llamada Genentech hallaron una forma de que terapias en base a anticuerpos crucen una barrera cerebral clave y administren una carga de medicación que apunta a un blanco del Alzheimer difícil de atacar.

Los expertos señalaron que los hallazgos de dos estudios, publicados en la revista Science Translational Medicine, podrían abrir las puertas a nuevos tratamientos para enfermedades como el Alzheimer, la esquizofrenia, el Parkinson e incluso el autismo.

"Esto realmente abre una frontera totalmente nueva para las terapias con anticuerpos", dijo Mark Dennis, científico de la firma con sede en California Genentech, conocida por sus tratamientos en base a anticuerpos para el cáncer.

"Antes, el cerebro estaba considerado fuera de los límites" posibles de aplicación de terapias, explicó Dennis. El experto y sus colegas descubrieron una forma confiable de que fármacos con anticuerpos atraviesen la barrera sanguínea cerebral, una frontera protectora que sólo permite que moléculas o nutrientes específicos del torrente sanguíneo ingresen en el cerebro.

"Protege al cerebro de las toxinas", dijo Ryan Watts, director asociado de neurociencia de Genentech, quien trabajó en ambos estudios. Pequeñas moléculas, incluidas algunas pastillas, pueden atravesar esta barrera, pero las moléculas grandes, como los anticuerpos producidos con ingeniería, se atoran en la estrecha malla de células de los vasos sanguíneos del cerebro.

Algunos laboratorios ya están desarrollando fármacos contra el Alzheimer que atacan la proteína beta amiloide relacionada con la enfermedad, pero el problema es que sólo pequeñas cantidades de la medicación pueden llegar al cerebro. Watts estima que menos del 0,1 por ciento logra superar la barrera sanguínea cerebral.

"Esta tecnología mejora esto significativamente", añadió. El descubrimiento llegó por estudios de una nueva medicina con anticuerpos desarrollada contra la enfermedad de Alzheimer, que funciona bloqueando la beta-secretasa 1 o BACE, una enzima necesaria para eliminar las proteínas beta amiloide que se acumulan en placas pegajosas en el cerebro de los pacientes con la condición neurodegenerativa.

Estudios en ratones y monos mostraron que el anticuerpo desarrollado por ingeniería reduce efectivamente la cantidad de beta amiloide en la sangre de los animales, aunque tenía un efecto modesto a la hora de disminuir los niveles de la proteína en el cerebro. Para superar esto, el equipo decidió usar un enfoque de "caballo de Troya".

Los investigadores sabían que el hierro llega fácilmente al cerebro, por lo que hicieron que el anticuerpo apunte a los receptores de transferrina, que transportan el hierro a través de la barrera sanguínea cerebral.

Para lograr que el anticuerpo se despegue fácilmente de esos vehículos, Dennis halló una forma de reducir su afinidad con los receptores de transferrina. Esto permitió que los anticuerpos salgan de los receptores e ingresen al cerebro.

Pruebas en ratones demostraron que los anticuerpo lograban su objetivo y reducían significativamente los niveles de beta amiloide en el cerebro. Watts dijo que su anticuerpo beta-secretasa 1 es muy específico, y sería seguro, pero que el gran descubrimiento para él es lograr ingresar los anticuerpos al cerebro.

El científico agregó que la unidad de Roche quiere estudiar los tratamientos con anticuerpos para otras enfermedades neurodegenerativas además del Alzheimer.

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