El gobierno británico anunció el viernes que no existen “pruebas suficientes” para recomendar la retirada generalizada de los polémicos implantes de mama fabricados por la empresa francesa PIP que utilizan unas 42 000 mujeres en ese país.
En un comunicado, precisó sin embargo que pagará la retirada quirúrgica de estos implantes y su sustitución a las mujeres a las que les fueron colocados en el sistema de sanidad pública en el marco de cirugías reconstructivas generalmente después de un cáncer, si están preocupadas y en acuerdo con un médico. Estos casos representan alrededor del 5% de todas las usuarias.
El gobierno agregó por otro lado que espera que los organismos privados ofrezcan un acuerdo similar a sus pacientes.
El anuncio se produce después de que el ministro de Sanidad, Andrew Lansley, encargara un informe urgente a un grupo de expertos sobre los implantes PIP, tras un primera opinión de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MRHA) .
“El grupo ha concluido que la recomendación emitida por el MRHA se mantiene y no hay pruebas suficientes para recomendar explantaciones de rutina de estos implantes de mama”, precisó el comunicado del ministerio.
“El grupo también está de acuerdo en que no hay vínculos con el cáncer”, agregó.
“Sin embargo, es innegable que estos implantes están hechos de silicona de grado no médico y por tanto no deberían haber sido colocados a las mujeres en un primer lugar”, señaló.
El escándalo de las prótesis mamarias PIP, que afecta a hasta medio millón de mujeres en el mundo, un gran número de ellas en Latinoamérica, condujo a numerosos gobiernos a emitir recomendaciones.
Francia y Alemania han recomendado una extracción generalizada de estos implantes, en medio también de acusaciones hasta ahora no probadas sobre sus efectos cancerígenos.
La empresa PIP, que llegó a producir 100 000 prótesis de mama anuales, exportaba casi el 84% de su producción, sobre todo a América Latina (Venezuela, Brasil, Colombia y Argentina principalmente), España y Gran Bretaña, pero a comienzos de 2010 la firma suspendió pagos ante reiteradas denuncias de roturas de sus implantes.