El Papanicolaou o Pap, test desarrollado en los años 40 para detectar lesiones precursoras de cáncer cervicouterino, tambalea en su sitial como la primera opción para detectar precozmente este cáncer en forma masiva.
Un estudio del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica de Chile financiado por Fondecyt y realizado con más de 8 800 mujeres de Puente Alto, corroboró que el test DNA-VPH -que detecta la presencia del virus papiloma humano, causante de cáncer cervicouterino- es significativamente más sensible que el Pap.
Mientras este último sólo detectó 31% de las lesiones precancerosas moderadas, el test DNA-VPH detectó el 88%.
Asimismo, el Pap identificó 37% de las lesiones severas, en comparación con 94% de las detectadas por el test de ADN.
Los resultados se presentaron el miércoles durante el I Simposio Internacional Nuevos Paradigmas en la Prevención de Cáncer Cervicouterino, realizado en la UC.
Dada la notable sensibilidad del test de ADN, los investigadores plantean que éste podría sustituir al tradicional Pap como técnica de screening masivo, tal como hoy ocurre en varios países desarrollados, además de México y Argentina.
“Aunque habría que establecer un consenso a nivel país, creo que una opción eficiente sería comenzar con este test a partir de los 30 años y antes de esa edad seguir con el Pap”, dice la doctora Catterina Ferreccio, líder del estudio.
Cada cinco años
Hoy el test está disponible en Chile para quienes puedan financiarlo en el sistema privado. La toma de muestra es igual a la de un Pap, pero el análisis de laboratorio emplea técnicas moleculares. Además, su poder predictivo permite hacer el examen cada cinco años.
Ferreccio ha planteado al Minsal la posibilidad de introducir el test al programa de prevención de cáncer cervical, lo que ha tenido buena acogida.