La vigorexia y la ortorexia son dos nuevos trastornos alimenticios, de acuerdo al portal Instituto de Ciencias de la Conducta. Estos nacen en la sociedad de consumo actual, en la que el culto al cuerpo es el valor predominante.
Ortorexia
Se trata de un patología que provoca el consumo exclusivo de alimentos ecológicos, es decir, libres de transgénicos o cualquier otra sustancia. Además, quienes la padecen pueden llegar a suprimir grupos de alimentos como las proteínas de origen animal y las grasas.
Según Steven Bratman, el médico que acuñó este término en 1996, es una obsesión insana con comer exclusivamente alimentos saludables (). Tiene que ver con la apetencia correcta.
Algunos de los síntomas de la ortorexia son el preocuparse más por la calidad de alimentos que por el placer de comerlos, la planificación excesiva de la comida, aislamiento social provocado por el tipo de alimentación.
Bratman explica que parecería contradictorio afirmar que comer de forma saludable es insano, sin embargo, se lo puede comparar con la adicción al trabajo. Una acción positiva puede tener resultados patológicos si se la lleva obsesivamente
Las consecuencias físicas son enfermedades relacionadas con alimentación inadecuada como la desnutrición, anemia, osteoporosis, etc. Las consecuencias sicológicas son la depresión, ansiedad e hipocondriasis.
La ortorexia es un paralelo de la anorexia y también comparte características del padecimiento sicológico de comportamiento obsesivo compulsivo. La ortorexia aún no es reconocida oficialmente en los manuales terapéuticos de trastornos mentales.
Vigorexia
Esta es un trastorno que involucra el deseo de ganar masa muscular al mismo tiempo que la persona se ve pequeña y débil aunque la realidad sea contraria. Esta enfermedad afecta generalmente a los hombres. También es conocida como anorexia inversa, de acuerdo con el portal Vigorexia.org.
Esta enfermedad involucra la necesidad compulsiva de realizar ejercicio para incrementar la masa corporal. El consumo de sustancias peligrosas para el desarrollo muscular es siete veces mayor, en comparación con los físico-culturistas no vigoréxicos, según el Instituto de Ciencias de la Conducta.
La preocupación por ser débil o poco musculoso, incapacidad de ver con objetividad su propio cuerpo, evitar sitios públicos en donde se vea el cuerpo como piscinas, padecer trastornos de la alimentación, el abuso de esteroides y suplementos alimenticios son algunos de los síntomas.
La vigorexia es provocada por la intimidación y burlas durante el periodo escolar, familias inestables y la presión mediática. También se cree que la adrenalina generada después de una dura sesión de ejercicios puede contribuir a padecer dismorfia muscular.
A nivel físico, esta enfermedad puede provocar el daño de músculos, articulaciones y tendones, la incapacidad de relajarse y desnutrición. En lo sicológico, quienes padecen esta enfermedad padecen de depresión, pensamientos suicidas, vida social inestable y odio de sí mismo.
La vigorexia es considerada una variante del Trastorno Dismórfico Corporal, enfermedad en la que el individuo no es capaz de ‘ver’ su cuerpo como realmente es. También está dentro de la categoría de Trastornos Obsesivos-Compulsivos, por la obsesión por la imagen corporal.