A pesar de que se prohibió fumar en espacios cerrados con público, los fumadores no han dejado su hábito. Comprensible quizás porque no es fácil dejar un vicio, sobre todo para aquellos que llevan muchos años en él.
Un estudio español confirma que la prevalencia del tabaquismo disminuye hasta un 11% cuando se implementan ambientes libres de humo de tabaco en lugares públicos cerrados.
Los síntomas de abstinencia son distintos para cada persona que fuma, pero hay algunos que son comunes, explica la doctora María Paz Corvalán, coordinadora de la Comisión de Tabaquismo de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias.
Estos indicios son: ganas excesivas por fumar, irritabilidad, aumento de apetito, dificultad para dormir, dificultad para concentrarse, sensación de inquietud y nerviosismo, pero que irán desapareciendo a medida que pasen días sin fumar.
Cuando se deja de fumar, el cuerpo tiene que adaptarse a no tener nicotina, la sustancia adictiva del cigarrillo. Es desagradable, pero se puede lograr.
“Dejar de fumar es un proceso en que el cuerpo se va liberando de la nicotina. El primer día sin fumar puede ser tanto el mejor día en la vida de un paciente (si es que no fuma más a partir de ese día) y también puede ser el peor”, agrega.
- A 20 minutos de dejarlo: La presión arterial y el ritmo del pulso bajan a la normalidad y la temperatura corporal de las manos y pies llegan a un nivel normal.
- A 8 horas de dejarlo: Los niveles de monóxido de carbono en la sangre bajan y el nivel de oxígeno en la sangre se incrementa a niveles normales.
- A 24 horas de dejarlo: El riesgo de un ataque al corazón disminuye.
- A 48 horas de dejarlo: Las terminaciones nerviosas se regeneran y los sentidos del olfato y gusto se normalizan.
- 2 a 3 semanas de dejarlo: Mejora la circulación y se hace más fácil caminar. Los pulmones trabajan mejor y las heridas sanan más rápido.
- 1 a 9 meses de dejarlo: Se tiene más energía. Los síntomas relacionados al tabaquismo como tos, congestión nasal, fatiga y dificultad respiratoria mejoran.
- Al año de dejarlo: El riesgo de cardiopatía coronaria es la mitad del que alguien que consume tabaco.
- A 5 años de dejarlo: El riesgo de padecer cáncer de boca y pulmón se reduce a la mitad.
- A 10 años de dejarlo: El riesgo de accidente cerebrovascular y cáncer pulmonar son similares a los de alguien que nunca ha fumado. Si la fuerza de voluntad no te acompaña, existen distintos tratamientos que ayudan a dejar de fumar.
Dentro de los más exitosos son aquellos que combinan tratamientos farmacológicos y psicológicos de orientación cognitivo-conductual; terapia de reemplazo de nicotina tales como chicles o parches; y medicamentos que disminuyen la disponibilidad del tóxico en el cerebro como la Vareniclina y Burpopión.
“Cuando hablamos de este tipo de fenómeno entendemos que requieren tiempo para producirse, por lo tanto en algunos años veremos cómo el número de fumadores en nuestro país se reduce y muchos otros cambios positivos ocurren. La manera más efectiva es dejar completamente, de una vez, o de a poco el consumo de cigarrillos.”, concluye.
La lista divertida
La revista electrónica thoughtcatalog.com publicó una línea de tiempo de cómo una persona se podría llegar a sentir emocionalmente durante la experimentación del Síndrome de Privación de la Nicotina.
- No importa cuánto lleva fumando, huele a cigarro y su pareja se queja por ello.
- Se necesita una gran ocasión para dejar de fumar, como un propósito de Año Nuevo.
- Desde el momento que decide dejarlo, se asegura de publicarlo en todas las redes sociales para que todos sepan.
- De ahora en adelante debe mantener el control sobre los minutos, horas, días y semanas que ha estado sin fumar.
- Ya está pensando en retirarse. Está ansioso, molesto y agitado lista para pelear o pegarle a alguien. Va a estallar en cualquier momento. Básicamente, todo le irrita.
- Mantiene la calma.
- Despierta pensando: “Esta sí que es una gran batalla”.
- Se empieza a preguntar qué podría reemplazar un cigarro cuando ha tenido una noche de mal sexo.
- Lo que solía ser un break para fumar en la oficina, ahora es un break para comer helados.
- Comienzas a juzgar los hábitos de los que fuman.
- Debe evitar todo contacto con el cigarro, incluidos sus amigos que lo hacen.
- Considera invertir en un cigarro electrónico.
- Aspira discretamente el cigarro electrónico porque se ve muy rara absorbiendo un delgado palo negro.
- Se siente tan saludable que hasta piensa en convertirse en vegetariana.
- Se sientes orgulloso de usted y saca la cuenta de su ahorro por semana.
- Continúa sintiéndose orgulloso de usted.
- Pasó el umbral. Ahora tiene dos opciones: continuar por este saludable camino o buscar una razón para recaer.
- Cayó, empezó el proceso de nuevo.