¿Te sientes cansado, con digestión lenta, niebla mental o cambios de humor? Podrías estar viviendo con inflamación silenciosa, una condición que no genera dolor visible pero sí un daño real. La doctora Elisar Eid, médica funcional y máster en nutrición, explica que esta forma de inflamación puede durar años y ser la base de enfermedades crónicas como diabetes, ansiedad o incluso cáncer.
“La inflamación crónica es una alarma encendida por mucho tiempo, sin un síntoma claro que te avise”, indica Eid.
Los signos más frecuentes incluyen fatiga persistente, dolores articulares, infecciones frecuentes, desequilibrios hormonales, y síntomas digestivos como hinchazón o estreñimiento.
Alimentación y estilo de vida: los factores clave
La experta alerta que los hábitos modernos, especialmente una dieta cargada de ultraprocesados, azúcares y aceites refinados, son detonantes principales.
“La comida empaquetada altera la microbiota intestinal y puede inflamar desde el intestino hasta el cerebro”, afirma.
También el estrés constante, el sedentarismo, la mala calidad del sueño y la exposición a tóxicos ambientales (esmog, pesticidas, cosméticos no regulados) contribuyen a esta inflamación de bajo grado.
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El eje intestino-cerebro y las hormonas
¿Sabías que más del 90% de la serotonina se produce en el intestino? La inflamación digestiva repercute directamente en el estado de ánimo. Eid señala que este desequilibrio puede generar ansiedad, depresión o dificultad para concentrarse.
Además, el impacto hormonal es evidente: desde ovario poliquístico hasta menopausia temprana en mujeres, y baja testosterona en hombres.
“La mujer es un sistema hormonal delicado, y la inflamación puede alterar todo el equilibrio desde el intestino hasta el ciclo menstrual”, sostiene la médica.
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Tratamiento funcional: diagnóstico profundo y personalizado
La medicina funcional no tapa síntomas: busca la raíz. Por eso, las consultas incluyen historia clínica extensa, análisis de hábitos, exámenes de laboratorio si se requiere, y una estrategia a medida.
“No se trata de hacer ayunos extremos o tomar suplementos al azar. Cada cuerpo es diferente”, aclara Eid.
La doctora estima que, dependiendo del caso, los resultados pueden notarse entre 1 y 3 meses con compromiso y seguimiento.
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Conclusión: cuándo actuar y errores que debes evitar
Si llevas tiempo con síntomas que no tienen explicación médica clara, considera una evaluación integral. No caigas en soluciones mágicas.
“Los ayunos mal hechos, los jugos detox sin guía y los suplementos de mala calidad pueden empeorar tu salud”, advierte Eid.
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