Los juegos desarrollan más destrezas en niños con autismo

En el Centro Helen Keller (Quito), los especialistas en esta materia atienden a los menores que tienen autismo. Isabel valarezo; el comercio

A los 9 meses empezó a sufrir de insomnio y Sahid no miraba a sus padres cuando ellos lo llamaban por su nombre. Él nació en el 2010. Victoria Vargas y Marcos Arango son sus padres y cuando detectaron ese comportamiento en el niño pensaron que era normal a esa edad.
Sin embargo, transcurrieron tres años y Sahid comenzó a agredir a la gente que lo rodeaba y se aislaba de los niños de su edad. Sus papás buscaron ayuda para saber qué le acontecía, pero en Santa Cruz (Galápagos) donde vivían, había pocos pediatras y no supieron diagnosticar este cuadro clínico.
En el 2012 viajaron al Hospital de Niños de Guayaquil para que le hicieran un chequeo al pequeño. Después de realizarle resonancias magnéticas, tomografías, electroencefalogramas y evaluaciones psicopedagógicas, les confirmaron que su hijo tenía un 95 % de autismo.
El 2 de enero del 2013 la familia se trasladó a Quito para buscar ayuda para Sahid . Victoria dejó su trabajo de médica. Marcos era marino mercante en la isla y también abandonó sus labores. En la capital acudieron a más de 20 galenos, pero ninguno dio una guía de tratamiento.
Una historia similar le sucedió a Arecelly Castillo, cuando su hijo Jeremy tenía 2 años.
Lloraba sin razón, no podía hablar y tenía dificultades para caminar. Visitó hospitales, clínicas y centros de salud donde los galenos "medicaron al infante sin saber su enfermedad".
Recién cuando Jeremy cumplió 4 años, un médico alemán que se encontraba de visita en Quito le diagnosticó autismo. A falta de especialistas en el país, Castillo buscó información en Internet y compró libros para buscar terapias que ayuden a su hijo. Ha utilizado musicoterapia, hipoterapias, terapias de lenguaje visual y expresivo, incluso juegos electrónicos para que Jeremy pueda superar los obstáculos.
Él y Sahid pudieron ingresar el año pasado al Centro Heler Keller, donde tratan específicamente a niños que padecen de autismo. Este centro fue formado por padres de niños autistas que vieron la necesidad de crear un espacio para compartir sus experiencias con otras familias y salir adelante con sus hijos.
Ambos han mejorado su comportamiento, son más independientes y han logrado socializar con personas de su edad. Las terapias de lenguaje, trabajos en computadora y los juegos lúdicos han ayudado.
Las familias también asisten semanalmente a este centro para recibir terapias que les permitan mantenerse unidas y tener una guía para poder tratar a sus pequeños.
Según Pilar Merizalde, subsecretaria Técnica de Discapacidades, en el Ecuador hay 140 000 personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), un cuadro que se presenta desde el nacimiento y evidencia trastornos antes de los 3 años de edad.
El problema del autismo no solo afecta a quien lo padece sino también a los miembros que componen la familia. Jessica Villagómez hace tres años se enteró que su hijo de 6 años padecía autismo.
Las dificultades para comunicarse del niño y de reconocer ciertos objetos empeoraron con el paso de los años y fue discriminado por su condición. Su esposo la abandonó después de recibir el diagnóstico.
Mickael Russanof, representante de Autism Speak, institución dedicada a la investigación del autismo en EE.UU., estuvo en Quito para participar en el taller Abordaje del Espectro Autista y dijo que ante la falta de especialistas, en Ecuador es necesario capacitar a las familias para desarrollar un proceso de asistencia básico. Además formar profesionales para que haya un adecuado diagnóstico y acompañamiento a temprana edad.
La ecuatoriana Catalina López, especialista en autismo, mencionó que esta no debe ser catalogada como enfermedad y tampoco como discapacidad intelectual, sino como un inconveniente comunicativo relacional que puede superarse.
López señaló que después del taller internacional Abordaje del Espectro Autista, se han determinado seis lineamientos básicos para trabajar en el Plan Nacional del TEA: investigación, sensibilización ciudadana, inclusión, derechos de las personas con autismo y diagnóstico y detención temprana. En esta última la idea es hacer un estudio epidemiológico y de prevalencia.
Este plan será entregado en los próximos días al Ministerio Coordinador de Desarrollo para que busque los fondos suficientes y poner en marcha este proyecto general.
En contexto. Mañana (2 de abril de 2014) se recuerda el Día Internacional del Autismo. A propósito de esta fecha, los organizadores en los países han pedido que se enciendan luces azules. El fin de semana también hubo una marcha en Quito y los eventos a escala mundial seguirán en esta semana.