A excepción de los centros comerciales y edificios declarados libres de humo, el consumo de tabaco se extiende a lo largo y ancho de Quito.
René Benavides, de 26 años, es testigo de esto. Una vez a la semana está a cargo de limpiar una parte del parque La Carolina, al norte de Quito. Ya sea miércoles o jueves encuentra hasta 300 colillas de tabaco. Este joven, quien fuma media cajetilla por día, cree que los parques, plazas y calles son la ‘válvula de escape’ para los consumidores de cigarrillo.
Pese a que le preocupan las consecuencias que este vicio en su salud, reconoce que intentó dejar de fumar varias veces, pero sin resultados. “Es full difícil”.
Otro que evidencia a diario este consumo es Francisco Palacio, jefe de operaciones de la Plaza de las Américas. En las áreas comunales de este sitio se ha optado por pedir a los visitantes que se abstengan de fumar, pero aclara que no exista una prohibición.
El personal de la Plaza sugiere que fumen en las áreas para fumadores de los restaurantes. Este pedido lo hacen desde hace dos meses. En el caso de Juan Valdez, Eduardo Barros, coordinador de entrenamiento de la marca, explicó que de las 12 tiendas que hay en Quito, solo en cuatro permiten fumar en los espacios abiertos como terrazas.
En el Metrocafé, en cambio, Marco Tipán, supervisor, explicó que tienen áreas para fumadores y no fumadores, las cuales están separadas y además aplican políticas que prohiben que el personal fume en el lugar.
La restricción de espacios para fumadores comenzó a aplicarse desde el 2000, recuerda Byron Canelos, neumólogo. Pero asegura que la segregación del fumador que se aplica en restaurantes, universidades, edificios públicos y privados no es suficiente.
Esto porque los espacios de los consumidores de tabaco están unidos o muy cercanos a quienes no fuman. En un Monitoreo de la Calidad del Aire (MCA) realizado, entre 2009 hasta este año, en Quito, Guayaquil, Cuenca, Ibarra y Loja se encontró que el nivel más alto de contaminación del aire está en un hospital público.
A este se lo ubicó en el nivel peligroso, según el índice de calidad de aire de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (ver cuadro). Esta medición fue realizada en la cafetería de dicha casa de salud, cuyo nombre no se especifica en el informe. Esta zona se encuentra en el piso superior del área de neumología.
En ese estudio, que lo realizó la Fundación Ecuatoriana de Salud Respiratoria, mostró que los lugares de concurrencia pública “son muy contaminantes”.
Entre ellos están restaurantes, hospitales, universidades, bares, casinos, etc. E “13 de los 16 lugares seleccionados han tenido niveles de contaminación peligrosos”. A esto se suma que los lugares seleccionados para el monitoreo son visitados por niños, adolescentes, ancianos, que en su mayoría no fuman.