Una gripe que no se cura pese al tratamiento puede ser indicio del síndrome de fatiga crónica, que como tal tiene repercusiones en diversos sistemas como el digestivo y el urinario, afirmó el especialista Rubén Santoyo Ayala.
El experto en Medicina Interna del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco señaló que las más afectadas son las mujeres en proporción de nueve a uno en comparación con los hombres, estimándose que hasta el .5 por ciento de la población lo padece.
“Un cuadro gripal sin mejoría aún con tratamiento, la sensación de agotamiento excesivo que persiste pese al reposo y la pérdida de memoria inmediata, son tres síntomas que deben tomarse en cuenta para el diagnóstico de síndrome de fatiga crónica” , dijo.
Aunque esta afección es poco frecuente, llega a limitar el desempeño de quien la padece, advirtió el médico adscrito al Hospital de Especialidades del Instituto en el estado.
Detalló que a los síntomas ya mencionados de este síndrome se pueden añadir otros como intolerancia a la luz (fotosensibilidad) , al igual que dolores articulares, náuseas, vómitos y nicturia, es decir, necesidad de orinar sobre todo por la noche.
De esta forma, añadió, se le considera una afección neurológica, inmunológica, gastrourinaria e inclusive con implicaciones cardiovasculares.
Dada la amplia gama de síntomas, llegar al diagnóstico de esta enfermedad no es sencillo, el paciente debe ser sometido a un interrogatorio y a una serie de estudios que posibiliten armar una historia clínica completa, apuntó el entrevistado.
Comentó que la fatiga crónica no tiene un tratamiento específico y éste básicamente se prescribe en función de los síntomas, de manera que puede incluir analgésicos y antiinflamatorios, pero también es necesaria la intervención de psiquiatras, psicólogos y con ello, la administración de ansiolíticos y antidepresivos.
Además, dijo, aunque pueda parecer contradictorio, otra recomendación en el tratamiento del síndrome de fatiga crónica, incluye la práctica de actividad física que inicia leve y aumenta en intensidad conforme el paciente la tolera.
Indicó que solamente en un cinco por ciento de los casos los síntomas logran revertir, de ahí que se considere una afección controlable, pero en lo que hizo hincapié fue en la importancia de buscar atención en cuanto aparezcan los síntomas.
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