Una dieta balanceada es necesaria para que el cuerpo pueda funcionar correctamente, incluso durante un régimen alimenticio para bajar de peso. Una mezcla adecuada entre proteínas, grasas y carbohidratos es la que permite que una persona se mantenga con energía todo el día.
Es eso lo que cuestiona Geraldine Maurer, nutricionista de la clínica San Borja, de la famosa dieta Atkins, también conocida como la dieta de las grasas, la cual consiste en la reducción drástica en el consumo de alimentos con un alto contenido de carbohidratos para obligar al cuerpo a utilizar la grasa como fuente de energía.
Según Maurer, es una dieta perjudicial porque no es completa. Su aplicación hará que el organismo se acostumbre a consumir grasas de todo tipo y a recurrir a ellas cuando necesita de una fuente de energía para funcionar. Estos factores afectan directamente el nivel de lípidos, reducirán la cantidad de grasas buenas y, en cambio, hará que aumente el LDL o colesterol malo.
Reducir el consumo de alimentos como cereales, papas, yucas, camotes o frutas ocasionará la eliminación de líquidos y grasas y hará que uno baje de peso. Sin embargo, los efectos secundarios que acarrea esta práctica la vuelven muy poco recomendable.
“Es una dieta inadecuada. No se la recomiendo a nadie, mucho menos a los deportistas”, sostuvo Maurer, ya que estos últimos requieren de un alto contenido de carbohidratos por la exigencia física de sus labores.
La nutricionista destacó que la restricción de cereales y tubérculos reduce significativamente el nivel de fibra en los alimentos, necesaria para mantener una flora gástrica saludable y evitar problemas como el estreñimiento.
A esto hay que añadirle que la reducción de carbohidratos puede afectar directamente el estado anímico de la persona. Maurer indicó que puede ocasionar que uno se sienta débil y de mal humor.
BAJAR CON SALUD
María T. Zumarán, nutricionista de la clínica Ricardo Palma, señaló que “eliminar los carbohidratos provoca serios problemas de salud en el futuro y puede ser especialmente dañino en niños, embarazadas, lactantes, ancianos y en personas que padecen alguna patología, incluida la obesidad”.
Luego agregó que “un uso prolongado de una dieta de bajo valor en carbohidratos trae alteraciones gastrointestinales, malestar general, mareos, sequedad de la piel, pérdida de cabello, contracturas musculares, insomnio, ansiedad, irritabilidad y depresión. Esto porque la glucosa es la principal fuente de energía para el organismo”.
“Además, puede producir descalcificación ósea y daños renales por exceso de nitrógeno. Se debe educar al paciente para que pueda bajar de peso saludablemente mediante una dieta personalizada y educación dietética”, indicó.