Estudios asocian la formación de coágulos pulmonares con la alta mortalidad del covid-19. Foto: EFE.
En Estados Unidos pudieron verificar la hipótesis de un síndrome inflamatorio generalizado que causa microtrombosis. En efecto, profesionales de ese país están reportando en autopsias la evidencia de una complicación severa de covid-19: coágulos sanguíneos.
Craig Coopersmith, cirujano especializado de un hospital de Atlanta, relató que a los especialistas les sorprendió encontrarse con pacientes sin comorbilidades (enfermedades anteriores) en los que el deterioro por el nuevo coronavirus era abrupto.
Las autopsias mostraron que los pulmones de varios pacientes estaban llenos de centenares de microcoágulos, o que coágulos de mayor tamaño podían desplazarse al cerebro o al corazón causando un infarto o un accidente cerebro vascular.
El neumólogo ecuatoriano Luis Eduardo Castro dice que, en efecto, en nuestro país se ha visto también que dentro de las complicaciones de la covid-19 aparecen microtrombos.
Esto ocurre por la inflamación de las arterias, especialmente pulmonares, lo que puede generar una tromboembolia pulmonar. Castro resalta que esto no sucede con todos los infectados por el SARS-CoV-2, sino que es una complicación en los pacientes más graves. Se denomina coagulación intravascular diseminada, que es un aumento anómalo de la coagulación, dada por la inflamación que puede producir este virus.
El neumólogo afirma que, de hecho, para el ingreso de un paciente grave con covid-19 a un hospital se está realizando un examen denominado Dímero D, que indica si hay coágulos en algún lugar del organismo: “esto ayuda en el pronóstico de la enfermedad y su posterior tratamiento.
Es así que casi todos los pacientes graves de covid-19 tienen que ingresar anticoagulados a los hospitales, es decir, con medicamentos contra la coagulación sanguínea”.
El especialista recuerda que en anteriores ocasiones otros virus también provocaban coagulación intravascular diseminada, siempre como complicación.
Sin embargo, afirma, que en los pacientes con este nuevo coronavirus se ha visto que ahora la coagulación es más frecuente y se asocia con mal pronóstico de los pacientes. Esto se ha podido comprobar a través del Dímero D, este medidor de coágulos en la sangre.
Castro enfatiza que “la inflamación provoca los trombos, pero depende del organismo de los pacientes, no de la enfermedad per se. Esto significa que no a todo paciente con covid-19 le va a ocurrir”.
En China, no se hicieron autopsias a los fallecidos por covid-19 y en Europa hubo pocas por el temor al contagio. En Estados Unidos, creen que los coágulos pueden ser responsables de un elevado porcentaje, del total de 46 000 muertes que se han producido en ese país.
El hematólogo argentino José Ceresetto dice que lo que diferencia a un paciente con buen pronóstico, de aquel al que le va a ir mal y se va a morir, es un estadío inflamatorio inmunológico que se llama ‘tormenta de citoquinas’. Esta inflamación muy intensa produce daño al nivel de los alvéolos y de las arterias.
Ceresetto apunta que otras razones pueden también estar alterando los factores de coagulación, como el daño hepático que causa el virus, y hasta el reposo indicado como terapia, lo que puede favorecer la trombosis en las piernas.
Las proteínas que controlan la coagulación de la sangre se vuelven hiperactivas, “se ve en el 71% de los pacientes que se mueren”, añade Ceresetto.
La Sociedad Argentina de Hematología recomienda dar preventivamente a los pacientes internados con el nuevo coronavirus un antitrombótico como la heparina de bajo peso molecular. Con esta indicación, en China bajaron un 25% la mortalidad, en una muestra de 1 200 pacientes.
En algunos países como Estados Unidos ya están probando tratar a los pacientes de covid-19 directamente con anticoagulantes y en Europa se analiza esta posibilidad. En Ecuador también se lo hace.