En un prueba clínica publicada en la revista Microbiology Ecology, científicos en Shanghai estudiaron a 93 personas obesas, cuyo Índice de Masa Corporal (IMC) era 32.
Aparte de alimentarlos con una dieta balanceada, se les hacía ingerir suplementos que promueven el crecimiento de ciertos tipos de bacterias y que, a la vez, reducen los niveles de otras bacterias en el intestino.
Según una publicación realizada por la BBC de Londres, en intervalos de 30 días, nueve semanas y 23 semanas, los participantes llenaron cuestionarios en los que especificaban lo que habían comido en las últimas 24 horas. Después de una noche de ayuno, se les pesaba, medía y examinaba en general. Uno de los pacientes con obesidad mórbida, que fue estudiado como precursor, perdió 51 kilogramos en seis meses.
Quienes participaron en el estudio perdieron en promedio unos cinco kilogramos en nueve semanas y el 45% que continuó durante 23 semanas perdió unos 6 kilos. Su IMC promedio cayó a 29,3.
El estudio asegura que los niveles de la proteína C-reactiva, vinculada a la obstrucción de arterias y al daño de los vasos sanguíneos del corazón, también se redujo durante la investigación.
Estudiosos chinos se instruyen en el impacto que tienen las bacterias intestinales en el peso de las personas. Creen que cambiar el tipo de bacteria que habita en el intestino podría ser más efectivo que disminuir el consumo de calorías para las personas con sobrepeso.
Sin embargo, expertos señalan que aún no deberíamos abandonar una dieta a base de vegetales y el ejercicio como herramientas para adelgazar y vivir saludables.