El 2024 finaliza con un significativo aumento de casos de covid en Ecuador, especialmente en Pichincha y, específicamente, Quito. Hasta la semana epidemiológica 50, que culminó el 14 de diciembre, se reportaron 13 828 casos en Ecuador, según el Ministerio de Salud Pública (MSP).
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Al comparar con 2022 y 2023, hay un aumento considerable de contagios. En todo 2022 se registraron 652 casos confirmados, y en 2023 la cifra descendió a 569. En ambos años fue el principal virus circulante.
Este 2024, sin embargo, cerró con 24,4 veces más casos que el año anterior, lo que representa un incremento de 2 330%, en el número de contagios. Hay que tomar en cuenta que los datos del sistema de vigilancia muestran solo casos confirmados.
Pichincha concentra el 42% de registros de este año, seguido de Guayas con 23%. Muy por debajo están Manabí y Azuay, en tercer y cuarto lugar.
Daniel Simancas, director de Investigaciones de la UTE, explica que en el invierno hay más propensión a que suban los casos y más al estar lejos de los procesos de vacunación altos. Estos ocurrieron a fines del 2021 y 2022. “Después de casi dos años de exitosos procesos, lo que nos queda es poca memoria inmunológica y un incremento de casos como lo reporta el MSP”.
Este año, además, la cifra de fallecidos por covid llegó a 42 personas. Parte de ellos estuvieron hospitalizadas en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). La mortalidad está relacionada a la presencia de comorbilidades o condiciones preexistentes que contribuyeron en la severidad de la enfermedad.
La gente no exige ni hace colas por la vacuna del covid
El proceso de vacunación contra covid afrontó obstáculos en los dos últimos años. Para la campaña de vacunación, que comenzó el 10 de mayo y finalizó el 30 de septiembre de 2024, se adquirieron 250 mil dosis, pero solo se aplicaron 235 mil. El 2023 se compraron 262 mil dosis y se colocaron 236 mil.
Cristina Jácome, directora nacional de Inmunizaciones del MSP, concluye que existe resistencia de la población a la vacuna, lo que dificultó la colocación de las dosis adquiridas, en ambos años.
“Al inicio de la pandemia exigían la vacuna y hacían fila para vacunarse. Ahora creo que perdieron la percepción del riesgo. Se olvidaron de lo que sucedió en el 2020…”
La desinformación también juega un papel importante en la baja acogida de la vacuna. En el centro de salud Las Casas, norte de Quito, la coordinadora de enfermería, Miriam Benavides, recuerda que salieron a vacunar puerta a puerta, pero argumentaban que era ‘malo’ y rechazaban las dosis.
En la campana de este año, Benavides atendió a personas que recibieron su sexta dosis, mientras que para otras fue su primer pinchazón para protegerse del coronavirus.
Jácome también destacó que, debido a la corta vida útil del biológico, una vez preparado, se produjo desperdicio, en 2023 y 2024. Una vacuna abierta en un centro de salud dura ocho horas laborales y en cadena de frío se extiende a un mes. Pero si el frasco se abre en una comunidad, en la que se expone a otras condiciones ambientales, y no se logra colocar todo es considerado desperdicio, agrega Benavides.
El epidemiólogo, Marcelo Aguilar, reconoce que sí hay un cansancio vacunal en la población. Pero cree que hace falta que organismos oficiales, como el MSP, realicen una comunicación efectiva para reposicionar el valor enorme que representa no solo la covid-19 sino todas las vacunas, las cuales tuvieron impacto negativo en la pandemia.
Ahora, la vacuna de covid es anual y estacional
Cuando se presenta un aumento de casos de covid en Ecuador hay una tendencia a buscar la vacuna en centros de salud, pero actualmente no hay. No se conoce cuándo será la nueva campaña del 2025.
Cristina Jácome aclara que desde este año se maneja de forma similar a la influenza. Es decir, se coloca una vez al año antes del periodo invernal y el virus se lo cataloga como estacional. Otro cambio es que ya no existe conteo de dosis ni de refuerzos, ahora es una sola dosis anual.
La adquisición de vacunas se realiza un año antes, a través del fondo rotario de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), según las necesidades y el perfil epidemiológico. Pero está destinado a grupos priorizados. Estos incluyen a niños desde seis meses hasta 11 años, adultos mayores, personas con discapacidad, con enfermedades crónicas, embarazadas. También están trabajadores de primera línea, como bomberos, policías, militares y personal de salud.
Para Simancas, la vacunación debe ser anual, pero cree que la oferta de vacunas es muy baja. “Siempre llegamos tarde, especialmente, con las variantes de covid, mientras estamos vacunando de una ya aparece otra y somos envestidos por este cambio de variantes sin una vacunación apropiada”.
El especialista añade que no hay una clara tendencia estacional del covid ni hay casos solo en invierno, sino en cualquier época del año. No está de acuerdo en que sea considerado endémico sino epidémico y una muestra de esto es que los casos sobrepasan los esperados. Hay picos y fluctuaciones muy abruptas como ocurre este año. “No se puede decretar el fin de una pandemia que sorprende todos los años”.
Aguilar coincide en que la oferta de vacunas solo a grupos de riesgo es muy limitada. No obstante, aclara que actualmente la covid-19 se comporta como una endemia de baja intensidad y poca mortalidad, pero los efectos del poscovid son significativos. “Este es un elemento que tiene que ser protegido”.
La OMS recomienda que se siga ofreciendo la vacuna
El 23 de diciembre de 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una declaración sobre la composición antigénica de las vacunas contra covid.
Entre los puntos clave, el organismo señala que el SARS-CoV-2 continúa circulando con una importante evolución genética y antigénica de la proteína Spike, desde el comienzo de la pandemia.
En este 2024, el virus ha causado enfermedades graves, secuelas y muertes, por lo que recomienda a los estados que se siga ofreciendo la vacuna.
Por otra parte, observa que la notificación de casos, hospitalizaciones y muertes sigue siendo deficiente en muchos países. Esto dificulta la interpretación de las tendencias epidemiológicas.
Frente a esto Simanca enfatiza que en Ecuador hay que fortalecer los sistema de vigilancia epidemiológica y las coberturas de vacunación deben ampliarse. También se debe pensar en captar fondos para hacer vacunas en el país o, a través de OPS, adquirirlas más rápido y vacunar a tiempo. “Hay cosas que no aprendimos de la pandemia, otras que se pueden corregir. Pero hay que sentar las bases para un futuro, en el manejo de crisis sanitaria”.
Aguilar, en cambio, agrega que debido a retrasos en pagos por parte del Ministerio de Finanzas al fondo rotatorio de la OPS no hay suficiente disponibilidad de vacunas.
“Lo óptimo y adecuado era tener vacunas contra covid-19 en octubre (2024) para que junto con las vacunas de la influenza cubrir estas enfermedades inmunoprevenibles”.
Al no tener esta cobertura, el epidemiólogo considera que va a ver un pico estacional de casos en Ecuador desde fines de año y comienzos del 2025 como es habitual. Esto-agrega- se debe a la variabilidad climática y los brotes de infecciones respiratorias en el hemisferio norte, que tiene gran influencia por la movilidad humana.
En consecuencia, reafirma que el brote estacional es previsible y los países deben prepararse para vacunar en el tiempo adecuado y lograr la máxima protección…
Eficacia de las vacunas frente a nuevas variantes
Las vacunas monovalentes, basadas en una sola variante del virus como JN.1 y KP.2, de acuerdo con la OMS, demuestran ser eficaces para aumentar los anticuerpos neutralizantes. Sin embargo, su protección frente a variantes emergentes es algo menor.
Se necesitan más datos y estudios sobre la efectividad de las vacunas frente a las nuevas variantes. Existen variantes con mutaciones que podrían aumentar su capacidad de evadir la inmunidad. De ahí que se se sigue monitoreando su evolución, enfatiza la OMS en su declaración.
Cuatro recomendaciones de la OMS para los estados miembros sobre vacunación:
- Considerar la actualización de las vacunas para incluir antígenos que sean efectivos contra las variantes circulantes, como XBB.1.5 y JN.1. Esto es consistente con la necesidad de adaptar las vacunas a la evolución del virus.
- Los países deben estar preparados para modificar sus programas de vacunación en función de la evolución del virus y la efectividad de las vacunas disponibles. Esto implica la posibilidad de introducir nuevas formulaciones de vacunas.
- Monitoreo continuo de las variantes del virus y de la efectividad de las vacunas existentes es un aspecto clave del enfoque de la OMS. Esto permite a los países tomar decisiones informadas.
- La importancia de proteger a las poblaciones vulnerables, como personas mayores y aquellas con condiciones de salud preexistentes.