Las tartaletas (postres ubicados en la parte superior derecha), son más conocidos como ‘pies’, mini postres típicos de Estados Unidos son elaborados con calabaza y decorados de forma temática. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO; locación: Culinary Art School
Halloween o también conocido como Noche de Brujas es una celebración que cada año toma fuerza y se innova, en cuanto a festejos, en cada rincón del mundo.
Aunque los eventos y tradiciones no son muy similares, hay algo que todos los países que festejan esta fecha tienen en común: el protagonismo de la gastronomía con la preparación de dulces y bocaditos para disfrutar de la noche.
En el lugar de origen de esta terrorífica celebración, es decir, Irlanda, la tradición llega con una receta hecha con col, puré de papas, puerro, leche, mantequilla y condimentos.
Comer colcannon significa ‘dar la bienvenida a los santos que están por llegar’, afirma el chef pastelero Daniel Cano.
En el mismo continente, España celebra con buñuelos, panellets, huesos de santo, dulce de membrillo y castañas.
A esos postres no les puede faltar crema, mazapán, azúcar y frutos secos que, según Cano, en esta temporada se dan en abundancia. La mesa en este país es amplia, ya que se busca reunir a la familia con un sentido de recogimiento.
Panna Cotta Este mousse, típico de Italia, lleva texturas gelatinosas en tonos rojizos, que buscan simular sangre coagulada. Se puede decorar la superficie con diferentes personajes de terror. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
En Italia el postre preferido en Halloween es la panna cotta, un mousse elaborado con crema de leche, azúcar y gelatinas de tonos rojos que se asemejan a sangre coagulada.
Al postre se puede añadir decoraciones con fondant. Así lo hizo la chef pastelera de Cristy Cupcakes & Cakes, Cristy Grijalva, quien colocó en la parte superior del bocadito una momia y un fantasma.
Este postre representa la diversión de los niños, lo que se busca interponer sobre creencias de la ‘presencia de espíritus malignos’.
En esta época, Polonia se mantiene en bajas temperaturas. Por ello sus opciones son las preparaciones calientes, que animan y reconfortan el alma y el cuerpo de los vivos.
Cano señala, además, que las velas en la mesa no pueden faltar, al menos cuando se va a comer el bigos, que lleva col agria -conocida como chucrut– y diferentes tipos de carne.
Los panellets son dulces tradicionales de España que están hechos con almendras, azúcar, limón e incluso con una pequeña cantidad de papas que otorga texturas. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
En Reino Unido se obsequia un dulce muy popular, el bonfire toffee. Se lo realiza con mantequilla, azúcar y colorantes oscuros y se lo presenta en grandes planchas, con el fin de que los niños lo rompan utilizando un martillo.
Conocido como pastel del alma, en Portugal se prepara una especie de bollo hecho con pasas, grosellas y especias como jengibre, nuez y canela para amenizar el Halloween.
En América, Estados Unidos festeja el Halloween como si fuese propio; los bocaditos que se encuentran en la mesas son incontables. La calabaza es el producto estrella. Con esta se realizan cupcakes, bizcochos, flanes, galletas, pasteles, caramelos y, sobre todo, tartas con decoraciones temáticas, comenta Grijalva.
Debido al tiempo de cosecha, las manzanas también son muy utilizadas, sobre todo, bañadas en caramelo líquido.
En otros países de Latinoamérica, la celebración es similar a la de Estados Unidos, con dulces varios y disfraces.