Judith Campaña realiza joyas, imanes y cajas con rosas. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
El jueves 27 y viernes 28 de julio del 2017, La Mariscal recibió a 20 emprendimientos de la capital. Ellos intervinieron en La Ruta artesanal del verano, que fue parte de la programación del Verano de las Artes Quito.
Participaron artesanos de las zonas de Calderón y La Mariscal. Ellos presentaron mueblería, objetos tradicionales, sombreros de paja toquilla, bordados, joyería y artículos decorativos. A través de esta iniciativa, apoyada por ConQuito, se quiso promover y promocionar las propuestas creativas e innovadoras de los artesanos que trabajan en la urbe.
El jueves, antes de las 10:00, ya estaban instaladas las carpas con los productos en exhibición. En la Plaza Veintimilla se ubicaron los estands de comida, conservas y dulces. En la Plaza Gabriela Mistral hubo distintas opciones de muebles, y en la Plaza El Quinde (Foch) se colocaron los objetos decorativos, joyería y vestimenta.
En esta última ubicación se instaló Judith Campaña, quien dispuso con cuidado cajas, imanes, aretes y collares de su emprendimiento Arte en Flores Secas. Con glicerina y colorantes da tonos a los pétalos de la rosa blanca que luego deja secar antes de cortarlos y modelarlos con distintas figuras.
Para los diseños se inspira en la naturaleza y en la tradición. “El diablo huma, los indígenas de la Sierra, el colibrí que es el ave de la ciudad”, son algunos de los motivos más populares entre sus clientes. Ella resalta que a los turistas les gusta tener productos que reflejen la cultura de cada lugar.
También estuvo presente Ana Belén Rosales. Ella pertenece a la Asociación Sara Sisa de la Comuna de Llano Grande. Son 13 mujeres que, tras un taller de bordado, decidieron iniciar su propio negocio. “Vimos la necesidad de fortalecer el uso de la vestimenta tradicional del pueblo Kitu kara en la comuna”, indica.
Además de recuperar una tradición, buscan empoderar a las mujeres generándoles una fuente de ingreso adicional para ellas y sus familias. Este también es uno de los objetivos de la ruta. La idea es retomar y apropiarse del espacio público para la realización de actividades económico-sociales.
Como parte del desarrollo artesanal, ConQuito brindó capacitación a los participantes sobre: manejo de productos, empaques, presentación y manejo de redes sociales. De esta manera los comerciantes tendrán una mayor competitividad y podrán difundir sus productos en distintas plataformas. Además, reciben asistencia técnica para mejorar la calidad de sus artesanías.
Uno de los artículos que más llama la atención en la plaza es el sombrero de paja toquilla. En el estand de la Asociación Blanca Ortiz, del sector La Vaquería, Mariana Urgilés, parte de este colectivo, cuenta que traen la paja desde Babahoyo. El procesamiento lo realizan en su comunidad.
“Antes se hacía en un día un sombrero, ahora nos demoramos dos días”, dice la artesana. Los más finos pueden tardar hasta dos o tres semanas. Poco a poco han mejorado su técnica para tener productos de mayor calidad y esto se refleja en sus ventas, cuenta.
Todos los emprendimientos tienen sus páginas en redes sociales, donde dan a conocer sus productos y ofertas.